Mario Garcés "El pecado capital más grave en la política es la ignorancia"

Garcés, con su nuevo libro 'El Antipríncipe', en Madrid.
Garcés, con su nuevo libro 'El Antipríncipe', en Madrid.
E. Cidoncha

Tiene nuevo libro, y este muy cercano a la política. ¿Qué es exactamente ‘El Antipríncipe’?

Es un tratado sobre la actividad política escrito de una manera tan atemporal como amoral.La política se construye sobre la base de un conjunto de doctrinas, de principios. El libro es un tratado donde encuentra reflejo tanto lo mejor como lo peor de la política.

Cada capítulo del libro aborda una cuestión concreta: la adulación, el miedo, la lealtad, el gregarismo... ¿todos se dan en política o son solo anecdóticos?

Todos se dan siempre. Desde el origen de los tiempos, la base del poder político se sustenta en una base de condiciones humanas, basadas fundamentalmente en pecados capitales. Desde la soberbia hasta la adulación o el propio miedo. La relación con el político muchas veces se constituye por micromiedos o grandes miedos. La adulación está muy presente. En el libro destaco tanto al adulador como al adulado, que muchas veces cede ante las presiones de los aduladores. Ola soberbia. Hay personas que han hecho de ella su estado natural en la política.

¿Pero son debilidades o en determinados casos su fortaleza?

El libro está basado en el principio de la contradicción. Es una paradoja constante. Puede dar la sensación a veces de aplaudir algo y a la vez de salir corriendo. No he querido hacer un ejercicio de moralidad, sino que es un ejercicio de humor, tamizado bajo cierto tono arcaizante. El objetivo era enfrentar al lector a las contradicciones de la actividad política.

De todos estos pecados capitales, ¿cuál le parece el más grave en política?

El de la ignorancia. El libro es un tratado de supervivencia política, de cómo una persona puede llegar a ostentar y detentar el poder bajo determinadas condiciones, cómo puede haber personas faltas de ética o amorales completamente. No se esconde ningún personaje de la realidad, o se esconden todos.

¿Quizá al leerlo iremos identificando a políticos concretos, incluidos aragoneses?

De hecho ha ocurrido ya. Muchos lectores han querido identificar personajes políticos actuales. Pero en todo el libro solo se cita a un personaje, y es una casualidad. Es el pequeño Nicolás. Al hablar del arribismo, había un refrán del siglo XVI que hablaba de un tal Nicolás que era un arribista.

Dedica otro capítulo a la desmemoria. ¿Se abusa de ella?

Tiene varias formas de actuar. Primero está la desmemoria respecto a principios y valores que se han podido proclamar cuando no gobiernas. Luego está la desmemoria para olvidar a determinadas personas. En política, la memoria es selectiva. Tú recuerdas a quien quieres y haces desaparecer de tu vida a quien quieres. Yla memoria se recupera cuando lo necesitas.

¿Y el de la soberbia?

La soberbia es un estado que se compadece muchas veces mal con el ejercicio del poder. Si detrás de la soberbia no hay nada, nos encontramos ante el nihilismo más radical, que se puede aderezar bajo determinados artificios. En realidad, el libro es un tratado sobre el artificio, sobre cómo se puede ser príncipe sin nada detrás.

¿Y la soberbia se mantiene sola?

Para que la soberbia sea el pilar fundamental de un político tiene que haber además un conjunto de gregarios que apoyen esa soberbia. La soberbia suele impulsar el miedo y el miedo generalmente se activa a través de un círculo de gregarios.

Cada capítulo empieza con una refrán, algunos del siglo XVI. ¿Le política no ha cambiado?

Lo curioso es que los refranes democratizan la crítica política.El refrán llega. El lector comprobará que esos refranes tienen absoluta actualidad. No ha cambiado, porque en el fondo la política sigue siendo lo mismo. Los males capitales, los prejuicios, las insidias, las injurias.. todo sigue siendo igual que hace cuatro siglos, aunque ahora tamizado y afectado por las nuevas tecnologías.

¿Cuántos libros lleva?

De literatura siete, entre individuales y colectivos.

¿Yen qué momento un alto cargo como usted encuentra tiempo para escribir?

¿Cuándo? En mi caso, por la noche. ¿Y por qué? Para mí es una forma de complementar la tensión del trabajo diario.

Usted se entretiene intelectualmente escribiendo, ¿pero no cree que en la política hay mucho vacío?

En el libro dedico una parte al gregarismo entendido como la nadería. Existe cierta tentación de los partidos y poderes a evitar cierto pensamiento, a evitar creatividad. Es cierto que la disciplina es importante, pero no debe contrarrestar el efecto humanista. Dentro del gregarismo se está produciendo que muchos mensajes políticos suelen ser insulsos. Ahora un político y un deportista es prácticamente lo mismo, están adoctrinados para decir lo que tienen que decir en todo momento.

Ahora es secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, un área bastante diferente a la de la legislatura anterior, en la que era subsecretario de Fomento.¿Inspira más para escribir?

Estos cuatro meses que llevo aquí dan para escribir muchísimos libros.

¿Es un área en el que se interactúa más con las personas?

En Fomento también.Pero aquí está muy presente la sensibilidad. La fibra social.interactúas mucho con gente muy diversa, te acercas mucho al drama, a las situaciones de necesidad. Como alto cargo me ha tocado vivir situaciones muy intensas, pero no escribiré de muchas de ellas.

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