Un "héroe rural" nacido en Maella

Manuel Millán es el único español que figura en la lista de veinte facultativos rurales distinguidos por Wonca, la organización mundial de médicos de familia.

Manuel Millán en Zaragoza, tras el reconocimiento de la organización Wonca.
Manuel Millán en Zaragoza, tras el reconocimiento de la organización Wonca.
Oliver Duch

Se siente médico rural por los cuatro costados. Defiende y le gusta su profesión, que durante 36 años ha ejercido con pasión –"Me ha hecho completamente feliz", dice– y, ahora, le ha supuesto un reconocimiento a nivel mundial. Este facultativo, nacido en Maella (Zaragoza), es uno de los veinte "héroes rurales", el único español, que ha distinguido la Conferencia Mundial Wonca, de Médicos de Familia.

"Lo de héroe me parece una exageración. Creo que es un distinción a médicos con una vida especial, pintoresca", reconoce humildemente Manuel Millán, que aunque ha ejercido toda su carrera en Brihuega, un pueblo de Guadalajara, no ha perdido sus raíces aragonesas ni el contacto con la localidad zaragozana donde reside parte de su familia. Su vida, tal y como él reconoce, ha sido una "aventura". No fue al colegio hasta los ocho años y con tan solo 13 tuvo que ponerse a trabajar para ayudar a su familia y pagar sus estudios. Con 17, abandonó su casa y se pagó la carrera de Medicina en Zaragoza ejerciendo de cantante, una afición que le llevó a recorrer Europa y que no ha abandonado en todo este tiempo.

El broche a su carrera médica le llegó tras la jubilación. Era la espinita que tenía clavada. Aunque ya había colaborado con la Fundación Ilumináfrica, decidió a través de la oenegé Ambala ofrecer sus servicios como médico rural en el hospital D’Ebomé de Kribi (Camerún). Durante los dos meses que permaneció con los ‘Bagyeli’, una de las etnias pigmeas, aprendió que allí el valor de la vida y la muerte es "distinto". "Lo más duro es asumir que un diagnóstico que aquí en España tendría curación, allí no tiene solución. Pero tienes que estar mentalizado de que no puedes solucionar todos los problemas", afirma Millán, que bromea y define al médico rural como la "enciclopedia Álvarez". "Sabemos un poco de todo. Al estar tan alejados de un hospital, un médico rural está muy preparado para trabajar en medios más hostiles y en hospitales con pocos medios", añade este facultativo de la Sociedad Española de Médicos de Familia y Comunitaria (Semfyc), que no dudó en compaginar su vida sanitaria junto a la de "trovador" también lejos de España. "Al mes de estar allí ya estaba cantando en locales", explica Millán, que reconoce que en sus visitas a Zaragoza es frecuente verlo en bares de El Tubo subido a un escenario. Porque si algo define a este facultativo es su constante vitalidad. Su cabeza ya trabaja en otra idea para poder mejorar la salud pública de esa zona de Camerún.

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