Cinco efectos de la operación en Figueruelas y sus auxiliares
PSA y GM harán su anuncio sobre el acuerdo de compra de Opel el lunes en París.
1.- La planta y el empleo.
La probada productividad de la factoría zaragozana de GM juega a su favor. Mantener la dimensión de su plantilla actual (5.800 trabajadores) dependerá de los modelos que se le vayan asignando. Con los vehículos que salen este año y si se confirma que el próximo Corsa se hará aquí en exclusiva el panorama puede ser positivo, al menos a dos-tres años vista. A más largo plazo, el futuro es una incógnita.
2.- Los modelos que se lanzarán en 2017.
Figueruelas parte de entrada muy bien posicionada en el grupo al ser la única fábrica de Opel que sacará conjuntamente un modelo de la marca del rayo y uno de PSA (desde este año, el Crossland X y el C-Aircross de Citroën, que podrán verse en Ginebra). Las otras dos plantas que ensamblarán vehículos de las dos empresas son de PSA, la de Vigo y la de Sochaux (Francia).
3.- Los futuros modelos.
La factoría zaragozana tiene garantizada la producción de cuatro modelos hasta 2018. Según los planes anunciados por Opel en diciembre pasado, desde 2019 dejará de ensamblar el Mokka, empezará a producir el Adam y sacará la nueva generación del Corsa en exclusiva. Que PSA mantenga esos planes es hoy una incógnita, ya que el cambio tranquilo que promete PSA no ha llegado a ese detalle.
4.- Los proveedores.
GM ha sido fiel con muchas firmas auxiliares y eso sí que puede cambiar a partir de ahora si PSA decide dar prioridad en la asignación de contratos a sus socios más habituales, preferiblemente franceses. En este escenario puede haber ganadores y perdedores. En una alianza anterior de Opel con Fiat eso se notó, lo mismo que ha empezado a ocurrir con la plataforma Crossland-C-Aircross.
5.- De dueño estadouniense a dueño francés.
Para los más veteranos trabajadores de la planta de Zaragoza resultará muy raro constatar que el nuevo dueño no es estadounidense, sino francés, aunque Opel sea considerada una empresa alemana y desde España haya que dar cuentas a Rüsselsheim. Eso sí, se da por hecho que PSA no sería capaz de aguantar, como hizo GM, 16 años de pérdidas.
