Premio a Rosa María Calaf, una servidora fiel a la verdad

La periodista Rosa María Calaf ha recibido muchos premios, pero el que ayer recogió en el Salón del Trono del Alma Mater Museum le hizo especial ilusión. ´Comunicar con valores` es el lema del galardón creado por la Archidiócesis de Zaragoza, y reconocer y estimular la comunicación como servicio a la dignidad humana, su principal objetivo.

“Agradezco mucho que un jurado haya creído que encarno esos valores –confesó la periodista–; que me reconozca el esfuerzo por intentar poner a las personas en el centro de la noticia, contextualizando y teniendo en cuenta su dignidad”. A su juicio, la creación de este premio “es una llamada de atención que pone el acento en los valores que como sociedad estamos dejando por el camino”. “Sin el ejercicio y la puesta en práctica de unos valores esenciales y universales es difícil construir un mundo mejor y una sociedad sana”, concluyó.

El galardón tiene carácter honorífico, aunque la periodista recibió dos detalles que le hicieron mucha ilusión: el acta del jurado en el que se destaca su ética profesional y una serigrafía numerada de la obra ´Obertura para un museo`, de la monja pintora Isabel Guerra.

Con sus palabras y el diálogo que mantuvo con los asistentes prácticamente se cerró el acto, que se inició con el repaso que Rocío Álvarez, portavoz del Arzobispado de Zaragoza, hizo de la trayectoria de Rosa María Calaf dando a conocer los acontecimientos que han conformado la historia del mundo en las cuatro últimas décadas.

A la entrega del premio asistieron la mayoría de los miembros del jurado, integrado por Ricardo Pereda, de Dircom; Juan Pablo Artero, de la Universidad de Zaragoza; el director de COPE Aragón, Ángel Herrero; la subdirectora de HERALDO, Encarna Samitier; Juan José Verón, de la Universidad San Jorge, y José Antonio Calvo, del Arzobispado de Zaragoza. También estuvieron presentes el rector de la Universidad San Jorge, Carlos Pérez Caseiras; Jaime Sanaú, de Cáritas; el catedrático Domingo Buesa o la presidenta editora de HERALDO, Pilar de Yarza.

Todos escucharon al arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, rendir un homenaje de admiración a Rosa María Calaf “por su trabajo bien hecho”. “Es una comunicadora que no ha cedido a ninguna presión ni seducción para falsear la realidad; una servidora fiel que hace del anuncio de la verdad una pasión y un compromiso”.

Además, insistió en la idea de que “sin buscar ni aspirar a la verdad podemos dejar al mundo a merced de ideologías totalitarias o populistas, de medias verdades, eslóganes o ´tuits` ofensivos. Prescindir de la verdad o darla por superada, nos aboca a una sociedad sin humanidad”.