El 69% de los adolescentes puede conseguir cannabis en cuestión de horas

El último informe sobre drogas del Ministerio de Sanidad revela un consumo de la sustancia entre los jóvenes aragoneses por encima del promedio nacional. La edad media de la primera calada es de 14,7 años.

El 69% de los adolescentes puede conseguir cannabis en cuestión de horas
La prevalencia del cannabis entre los estudiantes de los últimos cursos de la ESO y de Bachillerato alcanza el 18,9% durante el último mes.
Reuters

Pese a que el cannabis es una sustancia ilegal y su posesión constituye una irregularidad, no resulta especialmente complicado conseguirlo. Todo lo contrario. Los jóvenes aragoneses de entre 14 y 18 años, o al menos una amplia mayoría de ellos (el 69,8%), afirman que pueden adquirirlo a muy corto plazo, en menos de 24 horas. Así se desprende del último informe estadístico del Observatorio Español de la Droga y las Toxicomanías, dependiente del Ministerio de Sanidad, que también revela un consumo elevado de ésta y otras drogas psicoactivas entre los adolescentes de la Comunidad.

La prevalencia del cannabis entre los estudiantes de los últimos cursos de la ESO y de Bachillerato alcanza el 18,9% durante el último mes. El rango se amplía hasta el 26,2% si se mira un año atrás y hasta el 31,1% si se les pregunta si lo han probado alguna vez en la vida. Todas las tasas son ligeramente inferiores a las del conjunto del Estado. El estudio de Sanidad también determina la edad media de inicio en el consumo, que en el caso de Aragón baja hasta los 14,7 años, sólo un poco más tarde que la primera calada de tabaco (13,5 años) y del salto al cigarro diario (14,3).

El alcohol y el tabaco son las dos únicas sustancias prohibidas para los menores que estos obtienen con más facilidad que el cannabis. Lo que no quiere decir que no tengan acceso a otras. Algo más de la mitad de los encuestados asegura que puede obtener hipnosedantes (tranquilizantes y somníferos como el Orfidal) con cierta facilidad y hasta el 14,4% los ha tomado alguna vez, una realidad que se ha abierto paso en los últimos años y amenaza con extenderse.

La siguiente droga en orden de accesibilidad para los chavales es la cocaína (el 29,6% la obtienen en menos de un día). Le siguen los alucinógenos (27,6%), el éxtasis (23%) y la heroína (21%). En último lugar, según la muestra encuestada, se encontraría el éxtasis líquido (19,1%). Dentro de la marabunta de datos reflejados en el estudio, llama la atención el número de admisiones a tratamiento por consumo de sustancias psicoactivas en Aragón, en todas las edades, durante el año 2014, el último estudiado: un total de 574.

Regular los clubes cannábicos

El pasado viernes se abrió en el Ayuntamiento de Zaragoza el debate sobre la pertinencia o no de regular el consumo de cannabis en la capital aragonesa. Por un lado, el Gobierno municipal convocó una mesa de trabajo en la que las asociaciones expusieron a los grupos municipales y a técnicos del Consistorio cómo podría articularse una normativa para acotar el funcionamiento de los veinte clubes que existen en la ciudad.

Por contra, el grupo municipal popular presentó una moción “para impedir que Zaragoza pierda el tiempo regulando un fenómeno que afecta a muy poca gente y que tendría efectos tremendamente dañinos”. Según el concejal Pedro Navarro, no es deseable que “se lance el mensaje a los jóvenes de que es legal fumar marihuana, porque no lo es. No queremos que se facilite algo que ya es muy fácil como que un menor de edad pueda comprar drogas en la calle o en la puerta de sus institutos”.

Atracones etílicos o ‘binge drinking’

El inicio en la ingesta de alcohol, cuyo punto de partida en la Comunidad está en los 13,4 años, también es un problema preocupante. No solo por lo nocivo, sino también por tratarse de punto de partida y preludio de otras drogas aún más dañinas. El 57,7% de los adolescentes aragoneses que aún no han alcanzado la edad legal para beber reconoce haberse emborrachado en al menos una ocasión (a nivel nacional son uno de cada dos).

Pero este panorama negativo tiene más recorrido. En los botellones se viene extendiendo una práctica el ‘binge drinking’, de especial gravedad. Este término anglosajón define un atracón deliberado de alcohol, la búsqueda de la mayor ingesta a mano del menor en el menor tiempo posible. ¿El motivo? Emborracharse rápido con poco dinero. Esta peligrosa actividad alcanza al 34,7% de los aragoneses de entre 14 y 18 años. Y cerca de un centenar fueron ingresados por este motivo en los distintos servicios de urgencias a lo largo de 2016.


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