El enfrentamiento entre el excoordinador de Ciudadanos en Zaragoza, Lorenzo Sancho, y el máximo responsable del partido en Aragón, Ramiro Domínguez, lo acabará resolviendo un juez. El acto de conciliación solicitado por Sancho para que Domínguez rectificara su acusación de convocar un acto de partido sin permiso oficial, que le costó su destitución, acabó ayer como se preveía: cada uno por su lado y con el anuncio de Sancho de la presentación de una demanda por difamación y delito contra el honor.

El conflicto se remonta al pasado septiembre, cuando el ex número dos del partido en la capital convocó una reunión de afiliados en una conocida terraza, para lo que utilizó un grupo de Whatsapp del partido. Domínguez remitió un duro informe a la dirección estatal contra Sancho y otro de los convocantes, Miguel Ángel Esteban, quien ejerció de secretario del comité electoral en las últimas elecciones generales. A ambos les acusó de convocar un acto de partido sin comunicarlo ni contar con la preceptiva autorización.

Nada más recibir el informe, que se remitió en diciembre, el secretario nacional de Organización, Fran Hervías, destituyó a Sancho al considerar que como cargo de confianza era "evidente" que con su actuación había "roto la confianza". Esto implicó su expulsión de la ejecutiva regional, de la que formaba parte como responsable de Acción Política.

El ahora militante de base mostró ayer su "decepción" por el hecho de que el líder de su partido no se retracte. Le exige que, al menos, reconozca que no era verdad que el partido le hubiera abierto un expediente y destituido de todos sus cargos, como Domínguez llegó a comunicar en un correo electrónico a todos los afiliados.

Ayer, en los pasillos de la Ciudad de Justicia, censuró que Domínguez se mantenga "en sus trece y defienda algo que es indefendible". Y añadió: "Nos tendremos que encontrar en los tribunales en un futuro".

Descalificación al líder de C’s

Su intención es estudiar ahora con su abogada, Ana Alcay, el procedimiento a seguir, ya que podría optar por la vía penal o la civil. "La Justicia tiene que prevalecer. No me gustan los dirigentes que no tienen en cuenta los principios éticos y los valores de las personas, que para mí deben estar por encima de cualquier organización", dijo.

El excoordinador de Zaragoza señaló que su destitución se limitó a los cargos de libre designación de la dirección del partido y no a los otros que entonces también ejercía, los de responsable de Acción Política de la agrupación Centro y coordinador del grupo de economía de C’s-Aragón. Sancho se dio de baja con posteridad, aunque mostró su voluntad de seguir como afiliado. "Creo en el proyecto y sus ideales, y pienso seguir luchando", añadió.

Por su parte, Ramiro Domínguez explicó que no habían alcanzado un acuerdo porque no sabía lo que le pedían. "Sigo sin entender a qué he venido. Sancho habla de un correo electrónico que ni siquiera se ha presentado en el acto de conciliación", explicó.

El delegado territorial de Ciudadanos no entró a valorar si el hecho de judicializar este conflicto es motivo de expulsión del partido. "En este tema no tengo nada que decir porque no tengo poder para decidir si sigue o deja de seguir. Es un afiliado más que sigue contribuyendo al partido y que cree que en este tema puede tener razón", valoró antes de apostillar que respetaba a Sancho como a cualquier afiliado.

Domínguez cuenta con el aval y respaldo de la cúpula nacional del partido. De hecho, la comisión nacional de garantías de Ciudadanos desestimó a principios de año la denuncia presentada contra él por otro de los organizadores del polémico acto, Miguel Ángel Esteban. Éste también pidió una rectificación, pero la comisión avala la actuación del delegado territorial al considerar que los convocantes –próximos a la portavoz, Susana Gaspar, enfrentada a Domínguez– "contravinieron las normas del partido".