Heraldo del Campo

Ingenio aragonés en el riego de Azerbaiyán

Una empresa aragonesa ha desarrollado el proyecto de ingeniería necesario para convertir 10.000 hectáreas en regadío en la antigua república soviética.

Depuradora de agua en Andosilla.
Depuradora de agua en Andosilla.

Azerbaiyán, uno de los países petroleros del Caspio, está llevando a cabo una diversificación productiva para tratar de amortiguar los problemas que ha provocado en su economía la caída del precio del oro negro. Para eso, y con el visto bueno del Gobierno del país, una empresa privada, en la que participa un firma austriaca que cuenta con el 10% del capital, ha decidido apostar por la agricultura y está poniendo en marcha un proyecto para transformar en regadío, de momento, nada menos que 10.000 hectáreas.


Pero, ¿qué tienen que ver con Aragón los planes de esta antigua república soviética? Pues que es Ingeobras, una pequeña empresa zaragozana de 10 empleados, la firma seleccionada para sacar adelante este desarrollo agrícola, el mayor que se ha realizado en el país y uno de los más grandes de Europa abordado de una sola vez.


No es la primera ocasión en la que Ingeobras, especializada en ingeniera relacionada esencialmente con el mundo del agua (depuradoras, potabilizadoras, redes de distribución y saneamiento...) trabaja en Azerbaiyán. «Habíamos hecho allí tres proyectos de lagos artificiales», señala el director general, Joaquín Murría. Tampoco era el único país al que habían exportado su ingenio. De hecho, su primera salida al extranjero fue a Haití, precisamente cuando el país fue devastado por un terremoto, donde trabajaron durante cuatro años. Y sus trabajos pueden verse también el Reino Unido, Senegal o Camerún.


Pero, volvamos a Azerbaiyán. Para optar al macroproyecto de regadíos, que supone una inversión de 90 millones de dólares (85,3 millones de euros), Ingeobras se presentó a una licitación privada en la que fue seleccionada junto con una empresa estadounidense y otra rusa. «El concurso inicial era técnico puro y duro, ni siquiera había consulta económica, solo les interesaba la propuesta técnica», explica Murría.


La empresa aragonesa se hizo con el proyecto, cuya firma está tanto en el diseño como en todos los cálculos eléctricos, estructurales e hidráulicos. «Luego les daremos soporte durante la realización de los trabajos», cuyas obras han comenzado hace apenas unos días y está previsto que terminen en junio de 2017.


«Es un proyecto de dimensiones tremendas: 10.000 hectáreas de pivot y un caudal de 21.000 metros cúbicos por hora, donde se cultivará trigo y maíz», explica Murría.


Un trabajo, y mucha experiencia, que a Ingeobras le gustaría traer a España, y más, a Aragón. «Hay un grave déficit de regadíos, regamos poco y mal, por lo que hay mucho margen para trabajar en este tipo de desarrollos agrícolas», señala Murría.


En su opinión si hay algo que sobra en Aragón es suelo. Y aunque reconoce que es impensable hablar de inversiones de riego en 10.000 hectáreas, sí son posibles proyectos de 1.000 hectáreas. «Está demostrado que en esas extensiones el coste por hectárea regada es ridículo». Eso sí, advierte Murría, ayudaría mucho si se simplificaran los trámites burocráticos.

Una depuradora para ahorrar costes

No solo de riego vive Ingeobras. Esta empresa aragonesa, que nació en 2005, ha desarrollado además una depuradora de aguas residuales que permite una reducción de hasta el 60% de los costes. Se llama Aenergy y no solo es más económica, sino también «más eficaz y más sostenible», señala el director general de la empresa aragonesa. Para ello esta pionera tecnología ha eliminado los soplantes, que producen aire para la depuración pero suponen un elevado coste energético, y produce un 90% menos de lodos.


«Es más pequeña, se instala rápidamente y con menos inversión porque tiene menos equipos», matiza Joaquín Murría. Aunque no estaba pensada especialmente para la industria agroalimentaria, es esta la que mejor se adapta a esta tecnología. «Además este es un sector con capacidad de inversión, muy innovador y que está funcionando muy bien», destaca. Eso explica que de las cinco depuradoras instaladas por Ingeobras, cuatro estén en empresas agroalimentarias. Y, de momento, ninguna en Aragón.


Más información en el Suplemento HERALDO DEL CAMPO

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