Marta García: "He renacido al volver a entrar al Pilar y me he quitado una losa de encima"

La mujer herida en el atentado de la basílica hace tres años ha logrado superar el miedo y regresar al templo, como prueba psicológica.

Marta García –en el centro– volvió a entrar al Pilar con su abogado y una familiar después de sufrir el atentado hace tres años
Marta García –en el centro– volvió a entrar al Pilar con su abogado y una familiar después de sufrir el atentado hace tres años
Julián Fallas

Marta García tenía tantas ganas de regresar a la basílica del Pilar como miedo de cualquier ruido, igual que esa mañana del 2 de octubre de 2013. La única persona que resultó herida en el atentado acaba de ganar su batalla en una sentencia de la Audiencia Nacional que la reconoce como víctima de terrorismo, condición que le negó el Ministerio del Interior. Lleva tres años pensando cómo volver. Decidió que no podía ir sola, como aquel día cuando se dirigió a la capilla de San Judas Tadeo, patrón de los imposibles, para pedirle un empleo. Llegó rodeada de una familiar (Judith), un amigo (Miguel), su abogado (Guillermo Royo) y una psicóloga que le ha sido asignada por Interior, para ayudarle a superar esta prueba de fuego.

 


"Hoy he vuelto a entrar después de tres años y un mes. Ha sido renacer para mí. Me he quitado una losa de encima. Hace tres años que soy víctima de terrorismo, aunque han tardado en reconocerlo. No podía entrar en el templo por inseguridad, tenía miedo de que me volviera a pasar lo mismo", relató el pasado viernes a HERALDO, que la acompañó.


"Este pasillo es más amplio ahora que ese día", reacciona nada más entrar por la puerta principal de la basílica. Su psicóloga no se despega de Marta y la coge del brazo. Pasa una hora entre la emoción y el duro recuerdo de haber sufrido el estallido de la bomba colocada en los bancos del Altar Mayor. Busca en cuál de ellos dejaron el explosivo para comprender que ella, que estaba a doce metros, notó que la onda expansiva le atravesó el cuerpo y vio el fogonazo del artefacto.


Marta García hizo el mismo recorrido que el día del atentado y llegó hasta la capilla de San Judas Tadeo, donde se sentó para pedir empleo al patrón de los imposibles porque había hecho una entrevista de trabajo. Un hombre con acento de fuera de España le dijo: "Te tienes que marchar". El terrorista, que llevaba barba, estaba al lado de su compañera, que miraba la pared; habían dejado el artefacto y se escaparon por la puerta norte, donde está el ascensor del Pilar. "Me fui por el órgano y al girar ya no los vi (a los terroristas). Mi inercia fue salir por la puerta de entrada de siempre (la central). Me pilló en la parte abierta. Iba wasapeando con mi hijo y un vigilante me dijo que me diera prisa. Salí de los bancos y me puse en medio del pasillo", rememoró el viernes.Treinta turistas americanos

La onda expansiva del artefacto casero, compuesto de 2,5 kilos de pólvora y un camping gas, lanzó efectos hasta 27 metros de distancia. Marta estaba en medio, pero una columna del Altar Mayor salvó a un grupo de 30 turistas norteamericanos y su guía. "No sé si estaba viva o metida en un espejismo cuando se produjo la explosión. La onda expansiva me pasó por todo el cuerpo. Noté calor. Pensaba que se estaba cayendo el Pilar, desde arriba, y todo se llenó de humo. Me temblaba todo el cuerpo y pensé muchas cosas en muy poco tiempo", añadió Marta en la basílica.

Cuando salió del templo, la víctima describe que tenía un vacío en los oídos y temblaba tanto que tuvo que tumbarse en el suelo. "Necesitaba que algo me sujetara", apuntó. Estuvo con varios policías que le preguntaron sobre cómo había visto todo lo ocurrido, aunque la atendieron esa mañana en el lugar.


Su abogado, Guillermo Royo, detalla que en los tres años largos de batalla judicial han conseguido las sentencias de la Audiencia Nacional, tanto la penal (con la condena de doce años a los anarquistas chilenos Francisco Javier Solar Domínguez y Mónica Andrea Caballero Sepúlveda), como la contencioso administrativa (el reconocimiento de su condición de víctima de terrorismo y que Interior realice un informe para evaluar daños y secuelas).


"En el despacho RT hemos logrado su reconocimiento, que su tratamiento psicológico no lo pague de su bolsillo y las sentencias dictadas. Tenemos todo lo básico y esencial, ahora falta que la indemnización reconocida se ajuste a la realidad", señaló Royo: "El daño moral va mucho más lejos que una leve lesión en el oído", concluyó.


El Tribunal Supremo revisó hace un mes (el pasado 18 de octubre) la sentencia penal contra los dos anarquistas chilenos y está a punto de ser notificada, según informaron a este diario fuentes de la Fiscalía del Supremo. Cuando llegue, Marta García ya habrá renacido tras volver al Pilar.

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