Heraldo del Campo

¿Está todo en orden en su sulfatadora?

El 26 de noviembre todos los equipos de aplicación de productos fitosanitarios habrán tenido que pasar su primera revisión, o se exponen a serias amonestaciones.

Modelo de pulverizador de la marca John Deere.
Modelo de pulverizador de la marca John Deere.

Tan solo quedan dos semanas para que se cumpla el plazo por el cual, el próximo 26 de noviembre, todos los equipos de aplicación de productos fitosanitarios que se usan en Aragón tendrán que haber cumplido el trámite de pasar la inspección técnica (Iteaf) que ordenaba la Directiva 2009/128/CE del Parlamento Europeo cuyo fin es conseguir un uso sostenible de los plaguicidas en todo el territorio comunitario.


Una vez que los agricultores arranquen esta hoja del calendario, solo podrán utilizar para fines profesionales los equipos de aplicación de plaguicidas que hayan pasado favorablemente la inspección. Desde el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal del Gobierno de Aragón (CSCV),  órgano competente para poner en marchas esas inspecciones, se asegura que en caso de no realizarlas «los propietarios de esta maquinaria pueden encontrarse con dificultades para comercializar las producciones, así como hacer frente a sanciones administrativas o ver reducidas las ayudas europeas que perciben por no haber acatado una norma de obligado cumplimiento para todos», apuntan estas fuentes.


Desde la publicación de la Orden de 15 de noviembre de 2013, continuación de la directiva europea, los agricultores han tenido casi tres años para poner al día su maquinaria y reducir los riesgos que provoca la utilización de los plaguicidas, tanto para la salud del propio agricultor que los aplica como para el medio ambiente.


Desde el Gobierno de Aragón insisten en que se ha facilitado información suficiente sobre este trámite gracias a las numerosas charlas y cursos que han impartido en este tiempo. Pero, según los últimos datos facilitados por el CSCV, tan solo se han inspeccionado un total de 7.448 máquinas, un 44% del total de los 16.480 equipos de aplicación inscritos en el Registro Oficial de Maquinaria Agrícola.


«Si comparamos la cifra con otras regiones podemos asegurar que, en cuanto al porcentaje de equipos inspeccionados, Aragón está bastante por encima de la media, porque algunas comunidades se han puesto a trabajar este mismo año para cumplir con la normativa. En el contexto general, estamos bien situados, pero esto por sí solo no puede ser motivo de orgullo, ya que nuestro reto es conseguir que pasen las inspección todos los equipos que estén en uso en estos momentos», matizan desde el CSCV.


Este porcentaje también puede deberse al hecho de que muchos de estos equipos no van a ser sometidos a ninguna inspección al tratarse de maquinaria antigua o que no se encuentra en uso.


El dato positivo de estas estadísticas es que los resultados indican que en la primera inspección, el 66% de los equipos ha obtenido un resultado favorable, mientras que en una segunda inspección la han superan un 33% de los equipos y esto redunda en la mejora de la aplicación de los productos fitosanitarios.


Inspecciones periódicas para ahorrar costes

Aunque en un primer momento los agricultores se quejaron del precio de la inspección, alrededor de 120 o 150 euros dependiendo del tamaño de la máquina, lo cierto es que, según las empresas autorizadas para realizar la inspección, «poco a poco se van concienciando de la necesidad de pasar el trámite, ya que una buena puesta a punto de la máquina trae consigo una mejora de la eficacia y la eficiencia de los tratamientos», matiza Ramón Ballarín, responsable de Atima Asesoramiento, una de las 13 empresas autorizadas.


Y lo más importante de todo, «pasar esta inspección también repercute en una mejora económica para el agricultor, porque, a la larga, una buena aplicación de los productos, optimiza el coste de los tratamientos fitosanitarios, que es una de las principales cargas económicas de una explotación agrícola», indican desde el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal del Gobierno de Aragón (CSCV).


Desde este año y hasta el  2020 las inspecciones de estos equipos se realizarán cada 5 años. En el caso de los  equipos de mayor uso (empresas de tratamientos, cooperativas, comunidades de bienes de más de 10 socios o ATRIAS), el seguimiento será cada 3 años. A partir de 2020, todas las  inspecciones se realizaran cada 3 años. En el caso de los equipos nuevos, que hayan sido adquiridos después de la entrada en vigor del Real Decreto 1702/2011 se inspeccionarán al menos una vez en los 5 primeros años.

Qué elementos deben revisar
Todas las empresas autorizadas cuentan con unidades móviles para desplazarse por todo el territorio y tienen la obligación de dar servicio en todos los municipios donde existan equipos que haya que inspeccionar.

Esto es lo que debe revisarse: Elementos de transmisión de la potencia (protección toma fuerza, ventilador, bomba). Bomba. Agitación. Tanque de líquido para pulverización (dispositivo de llenado, vaciado, indicador de nivel). Sistemas de medida, regulación y control (ajustes de presión, manómetros). Tubos y mangueras (tiene que comprobarse que no presenten ninguna fuga). Filtrado (la malla corresponderá al calibre de las boquillas instaladas en el pulverizador). Barra de pulverización (en buen estado, estable).  Boquillas (deben evitar el goteo). Distribución (uniforme).Más información en HERALDO DEL CAMPO

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