Conciertos llenos, aulas a medio gas

La cifra de ‘piroleros’ estos días en los institutos ha sido muy dispar. Muchos alumnos de 2º Bachillerato no han faltado por el temor a la reválida que estrenan este curso.

La biblioteca María Moliner, en el campus, tenía ayer multitud de asientos libres.
La biblioteca María Moliner, en el campus, tenía ayer multitud de asientos libres.
G. Mestre

Levantarse para ir a clase es un poco más duro tras una noche de conciertos, ferias o bares de bote en bote. Los excesos de los estudiantes durante las fiestas del Pilar han hecho mella un año más en los institutos de la ciudad, aunque de forma muy desigual. La mayoría de los centros consultados por HERALDO han detectado un absentismo bastante elevado durante el jueves y el viernes entre los alumnos de FP y los de nocturno; pero muchas menos ausencias entre los de Bachillerato (en estas aulas han faltado entre el 10% y el 30% de los estudiantes, dependiendo de la materia y el centro). Apenas han puesto faltas de asistencia, sin embargo, en la ESO, que cursan alumnos de entre 12 y 16 años.


Los jefes de estudios coinciden, además, que este año los alumnos de 2º de Bachillerato han sido especialmente responsables y apenas han faltado, sobre todo los de Ciencias. Muchos creen que es una manifestación de la preocupación que sienten por el hecho de que todavía está por definirse cómo se hará la reválida prevista por la Lomce y el acceso a la Universidad (la selectividad ha desaparecido).


El director del IES Ramón y Cajal, Jesús Molledo, reconoce que en su centro son "muy estrictos" con estas faltas y que es costumbre mandar una nota a las familias recordándoles que los chavales deben acudir a clase. "A los mayores, además, sí que les hemos advertido de que se juegan la reválida y parece que nos han hecho caso; en la ESO han venido todos y en Bachillerato han podido faltar dos o tres de cada clase, y son 36", concreta. A pesar de todo, en este instituto les sobra sentido del humor: "Como tenemos aquí al lado la plaza de toros y las vaquillas, pensamos que alguno, al final, se anima a entrar", bromean.


El dato contrasta con el arrojado por los alumnos del Bachillerato de Artes del IES Pedro de Luna. Del grupo de 1º, el jueves solo asistieron dos alumnos de 35 y, ayer, no acudió ni uno. El dato no coincide con el de otras clases del mismo centro, pero de Ciencias, en las que ayer solo faltaron 5. En este instituto tienen nocturno, y aquí sí que se ausentó la mayoría.


En el IES Miguel Catalán detectaron la mayor parte de las ‘pirolas’ en el marco de la FP y en el IES Tiempos Modernos también: en un grupo de 25 solo acudieron 8 el viernes. Si alguno estaba dudoso, la lluvia no ayudó.


Los jefes de estudios explican que, a menudo, no solo depende del tipo de enseñanza o de la edad, sino del grupo. "Si en una clase empiezan todos a decir que no acuden, al final hasta los más formales faltan", dicen. Muchos, además, reconocen que no fueron pocos los estudiantes que la semana anterior ya intentaron ‘negociar’ que no hubiera clases el jueves ni el viernes.

Acuerdos en la Universidad

Casi desierto estaba ayer el campus de San Francisco de la Universidad de Zaragoza, aunque los que no faltaron a clase fueron los alumnos de Medicina, que reconocieron que tenían prácticas y preferían no saltárselas. La otra cara de la moneda se veía en la sala de estudio del pabellón de Filología, donde apenas había una decena de estudiantes.


No obstante, muchos de los alumnos no perderán clases. Grupos de Magisterio, Geografía, Derecho o Filosofía, entre otros, ya acordaron hace unos días cancelarlas y recuperarlas próximamente. Los alumnos ya son adultos y los profesores tienen potestad de cambiar horarios. Ambas partes firman un documento que garantiza el acuerdo.

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