Ocho años después de la Expo 2008, iniciados con mayor o menor suerte los proyectos de expansión y movilidad urbana con la llegada de los barrios del sur, los cinturones o el tranvía, Zaragoza mira al futuro con la obligación de redefinir sus objetivos. Y junto a los retos, un nuevo modelo de ciudad basado en la recuperación urbana de las cicatrices del ‘boom’ inmobiliario y la modernización económica, social, ambiental y cultural en una sociedad globalizada y del conocimiento.

Así lo ven los expertos consultados por HERALDO, que coinciden en que hay que repensar la ciudad. De sus conclusiones, que abordan ópticas tan diversas como la cultura, el deporte, el medio ambiente o la gestión de lo público, salen diez retos basados en el análisis de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Todos ellos hablan de suturar los estragos del pasado y construir una nueva Zaragoza que aprovecha sus ventajas geoestratégicas y su potencial económico para abrir una etapa de modernidad y progreso.

En primer lugar, en el ámbito de lo urbano. Tras la expansión residencial habilitada por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2001, que marca los parámetros en los que se ha movido la ciudad del presente y que dibujaba miles y miles de nuevas viviendas que tardarán décadas en llegar, Zaragoza ahora precisa rehabilitar sus inmensos vacíos urbanos y recuperar los barrios tradicionales, desatendidos en los tiempos de la burbuja.

La ciudad inacabada

Así lo ven arquitectos, ingenieros y vecinos, que observan los rastros de la ciudad inacabada, con los ejemplos de Arcosur, el barrio del AVE o la trasera de Las Fuentes. Viejos edificios, como el de Pontoneros o la Imprenta Blasco, o espacios urbanos degradados pendientes de recuperar, como algunos del Casco Histórico, son otros objetivos. Un nuevo plan de movilidad sostenible, con el debate de la puesta en marcha de infraestructuras como una segunda línea del tranvía, o la protección medioambiental son otros vectores que se mueven junto a las políticas urbanísticas.

Pero la ciudad no solo se mueve por un espacio físico. Los especialistas insisten en la necesidad de mirar "a largo plazo", optar por modelos más profesionalizados de gestión de lo público, en un contexto complejo por la coyuntura política nacional y la inestabilidad de los gobiernos a nivel local y autonómico.

La reducción de la deuda y el reequilibrio de las cuentas, una mayor eficiencia de gestión y la consolidación de la arquitectura de los servicios públicos en el marco de un esquema sostenible desde el punto de vista económico y medioambiental figuran entre los principales retos, sin dejar a nadie atrás desde el punto de vista de la atención social.

Pero el equilibrio no se obtiene solo con lo público, sino también con la pujanza de lo privado y con las herramientas de participación ciudadana que confirmen que todo el mundo puede opinar. En su análisis, hay coincidencia de los expertos en la necesidad de aprovechar las potencialidades que tiene Zaragoza en el ámbito de la innovación, la cultura, la empresa, la consolidación de la logística o la sociedad del conocimiento. Los nuevos proyectos empresariales, tanto en el ámbito industrial como en el comercial, apuntan en esa dirección. La coyuntura política, el ‘brexit’ o el riesgo de una nueva recesión amenazan a estas fortalezas de la economía local.

De la capital al mundo

La promoción exterior se configura como la fórmula para canalizar los flujos del talento y motor económico de la capital, que ya es un polo de atracción de congresos y del turismo de negocios. En ese ámbito, la búsqueda de referencias en el ámbito cultural, siempre lastrado por la falta de presupuesto, es casi permanente.Apuestas fallidas como el museo Pablo Serrano o Etopía, que siguen lejos de cumplir sus ambiciosos objetivos, contrastan con la pujanza del Caixaforum o del Museo Goya Colección Ibercaja.

En esto también es relevante el papel del deporte y los equipos de élite, el Real Zaragoza y el Tecnyconta Zaragoza, en la promoción de la capital, en su dinamismo económico y en la autoestima de una ciudad en permanente construcción.