Cada año, los universitarios aragoneses se matriculan en un total de 1,7 millones de créditos (cada curso académico está compuesto por 60 créditos). La gran mayoría de ellos lo hacen por primera vez, pero siempre hay alguna asignatura que cuesta más que otra y que obliga a que el alumno se vea forzado a pagar una segunda, tercera o incluso más matrículas. En concreto, según los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, un 9,8% de los créditos de las universidades aragonesas se deben a segundas matrículas, mientras que un 2,4% son de terceras o más. Una cifra casi exacta a la media nacional.

Este número de suspensos ha ido creciendo ligeramente en los últimos cursos académicos, pasando de suponer el 8,6% de los créditos en el curso 2011-2012 hasta el 12,2% del 2013-2014 (último dato publicado). La gran mayoría de ellos se deben al incremento de las terceras o más matriculas, ya que hasta el curso 2010-2011 no existía esta posibilidad puesto que el cambio a Bolonia empezó en el año académico 2008-2009. No obstante, según detalla Fernando Zulaica, director de Secretariado de Estudiantes de la Universidad de Zaragoza, los datos evidencian que el número de créditos suspendidos es bastante menor en los grados que las antiguas licenciaturas y diplomaturas.

Esta mejora de los resultados académicos se debe al cambio en los métodos de evaluación: "Hasta ahora, los estudiantes se jugaban todo a un examen; mientras que con Bolonia se tiene en cuenta la evaluación continua con trabajos, pruebas y examen final". De este modo, el alumno realiza un aprendizaje constante y no tiene la presión de arriesgar toda la calificación en una prueba. 

Desde el colectivo de Estudiantes en Defensa de la Universidad (EDU) reconocen que este cambio ha propiciado que el número de suspensos se reduzca en comparación con el anterior sistema. Sin embargo, recalcan que el precio que se debe pagar por suspender una asignatura es demasiado elevado. Por ejemplo, el coste de una asignatura de 6 créditos de los grados de experimentalidad 6 (los más baratos) de la Universidad de Zaragoza es de 82,62 euros. Si esta materia se suspende, el alumno debe pagar 122,64, casi un 50% más. En el caso de que se llegue a una cuarta o sucesivas matrículas, el precio se incrementa hasta los 367,86 euros.

“Entendemos que hay estudiantes que suspenden porque no estudian, pero a veces hay otras razones para no aprobar”, especifica José Antonio Gadea, representante de EDU. Pone como ejemplo los casos en los que la tasa de suspensos de un profesor o una asignatura supera el 50%. “Hay algunas que están mal diseñadas y que son de 6 créditos cuando igual deberían ser de 9 por la cantidad de carga lectiva que tienen”, sostiene. Según afirma, esta situación se da especialmente en las ingenierías, “donde hay materias con un 60 o 70% de suspensos de manera habitual”. Una opinión que comparten desde el Colectivo de Estudiantes Progresistas de Aragón (CEPA), quienes destacan que las ingenierías suelen ser las titulaciones que más segundas y terceras matrículas aglutinan, en especial, la Informática y la de Telecomunicaciones: “Es habitual que cueste un año más terminarlas”.

Menos de un curso por año

Según los datos de este informe, en Aragón cada alumno se matricula de 57,6 créditos de media, lo que supone una cifra inferior a los 60 de los que consta cada curso académico. “Ha habido un cambio en el modelo de estudiante: ha aumentado el porcentaje de gente que trabaja a la vez que amplía su formación y la crisis económica ha obligado a que los alumnos no se puedan matricular del curso completo. La tendencia es que cada vez hay más matrículas parciales”, destaca Nacho Serrano, representante de Cepa.