Aragón, pionero en prevenir la violencia de género en mujeres discapacitadas

Se calcula que la prevalencia a sufrir abusos de las mujeres con discapacidad intelectual es diez veces mayor que la del resto de población.

Una mujer en la sede del IAM de Huesca.
Una mujer en la sede del IAM de Huesca.
RAFA GOBANTES

El Gobierno de Aragón a través del Instituto Aragónes de la Mujer (IAM) ha puesto en marcha un protocolo contra la violencia de género en mujeres discapacitadas, convirtiéndose en la primera Comunidad Autónoma en desarrollarlo. Esta mañana, en el edificio Pignatelli, el IAM y quince entidades de la discapacidad invitadas se han reunido para comenzar a escribir las bases de este proyecto, que adaptará los recursos a las necesidades de las mujeres discapacitadas.


“Las mujeres con algún tipo de discapacidad sufren una doble discriminación por el hecho de ser discapacitadas porque la mayoría de recursos que existen no están adaptados”, denuncia Natalia Salvo, directora general del Instituto Aragonés de la Mujer. Aunque no existe una estadística, ya que las bases de datos no contemplan si las mujeres que sufren violencia de género tienen algún grado de discapacidad, se calcula que hay un gran porcentaje de discapacitadas entre las víctimas. “En el 2012 se comprobó que de las fallecidas por violencia de género, el 12% eran mujeres con discapacidad”, ha asegurado Marta Valencia, presidenta del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi).


Tampoco se tiene constancia de qué tipo de violencia suelen sufrir más. No obstante, Victoria Ledesma, coordinadora de la Unidad de Atención a víctimas de abuso con discapacidad intelectual, que se coordina desde ATADES, ha señalado que

“en el caso de las mujeres con discapacidad intelectual, la prevalencia a sufrir abusos respecto del resto de la población es diez veces más”.


Según ha apuntado Ledesma, las mujeres que sufren minusvalía intelectual a veces "presentan dificultades a la hora de establecer la relación espacio-tiempo o de comunicación", lo que provoca que sean "menos creíbles" a la hora de denunciar e incluso se pueden llegar a desestimar casos.


Este protocolo se está impulsando a la par que se revisa y mejora el protocolo general de violencia de género de Aragón.


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