El PP conserva la alcaldía y mantiene su política de austeridad

?La inversión con fondos propios sigue bajo mínimos tras el traspaso "tranquilo" del bastón del mando del popular Blasco a su correligionaria Buj.

Emma Buj, al recibir el bastón de mando de alcaldesa en sustitución de su correligionario Manuel Blasco.
Emma Buj, al recibir el bastón de mando de alcaldesa en sustitución de su correligionario Manuel Blasco.
J.E

La continuidad respecto a la pasada legislatura ha sido la nota dominante en el Ayuntamiento de Teruel en el último año. La alcaldía ha seguido en manos del PP y, con él, el criterio de austeridad sin concesiones. Aunque los populares han perdido la cómoda mayoría absoluta que tenían en la anterior corporación, siguen al frente del Consistorio como grupo más votado. Las fuerzas emergentes –Ganar Teruel, con 3 concejales;y Ciudadanos, con 2– juegan un papel secundario en la política municipal, que gira en torno al PP y el PSOE.


El primer año de la corporación ha estado condicionado por la dimisión del alcalde elegido tras los comicios de mayo de 2015, el popular Manuel Blasco, que no ocultó desde el principio de su corto mandato sus intenciones de dejar la alcaldía para centrarse en su escaño de diputado en el Congreso, un cargo que consiguió en los comicios del 20-D y que aspira a revalidar el 26-J.


La sucesión, prevista desde la configuración de la candidatura municipal, fue un proceso "tranquilo", como recalca la actual alcaldesa, Emma Buj, que ocupó la primera tenencia de alcaldía hasta saltar a la presidencia de la corporación.


El PAR, con dos concejales, fue un leal colaborador para que el traspaso del bastón de mando se produjera sin sobresaltos. También ayudó la abstención de C’s tras haber firmado un pacto de investidura con Buj con 15 puntos a desarrollar durante el resto del mandato. Los intentos de la oposición –PSOE, Ganar y CHA– para desbancar al PP de la alcaldía aprovechando el relevo de Blasco no pasaron de meros tanteos ante la negativa de C’s a propiciar un gobierno de izquierdas.


La principal novedad tras el relevo en la alcaldía –más de imagen que de calado– fueron los ‘Jueves ciudadanos’, una jornada semanal dedicada por Buj a atender personalmente quejas vecinales.


Ciudadanos ha apoyado al PP en los momentos decisivos, aunque sin participar en la gestión. El PAR, que desempeña competencias de peso, actúa de hecho como equipo de gobierno. En sus manos está el proyecto estrella del arranque de legislatura, el parque de Las Arcillas.


Una vez superado el traspaso de la alcaldía con pequeños retoques en el organigrama municipal, tocó gobernar un Ayuntamiento con escasa capacidad inversora debido a los límites de gasto impuestos por el Gobierno central y con serias deficiencias en el mantenimiento de sus equipamientos. Emma Buj reconoce que su trago "más amargo" como alcaldesa fue asumir el cierre de la única piscina cubierta de la ciudad por el estado ruinoso de la cubierta.


Aunque la prohibición de invertir con préstamos debido al alto endeudamiento se levantó en el último año, los créditos previstos para 2016 suman unos modestos 700.000 euros. Como ocurrió durante la pasada corporación, el grueso de la inversión de la ciudad está a expensas del Fondo de Inversiones (FITE).


Las buenas noticias en materia económica han llegado en los últimos meses y de la mano de la iniciativa privada: el inicio de la ampliación de Ronal Ibérica y el anuncio de la próxima implantación de la multinacional alemana Röchling.

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