Dinópolis es la prueba de que los territorios de interior, si cuentan con suficientes recursos, pueden ser tan atractivos como cualquier otro destino turístico. Este parque paleontológico, dedicado a los dinosaurios que habitaron el territorio hace millones de años, no ha dejado de crecer desde que abrió sus puertas hace 15 años. De los 124.605 visitantes que recibieron las instalaciones en 2006 se ha pasado a los 143.051 del año 2015. La cifra aún fue mejor en 2014, con 145.000 entradas vendidas. La gente procede de Valenciana, Aragón, Madrid y Cataluña.

También las siete subsedes englobadas en la marca Territorio Dinópolis han experimentado un constante incremento de turistas, pese a estar en pequeñas localidades (Galve, Albarracín, Rubielos de Mora, Riodeva, Castellote, Ariño y Peñarroya de Tastavins).

El crecimiento ha ido acompañado de ampliaciones, en las que se han invertido 40 millones de euros, como la zona infantil del Sauripark, el espectáculo T-Rex, la Paleosenda, la atracción ‘El último minuto’, el teatro Territorium, el cine en cuatro dimensiones y una zona de restauración.

Como señala la directora gerente de Dinópolis, Higinia Navarro, tras el éxito del parque se encuentra también una "importantísima labor comercial y de promoción". "Tras mucho esfuerzo e impactantes campañas, hemos logrado hacernos un hueco en la oferta de ocio familiar a nivel nacional", afirma. Para Navarro, Dinópolis es "único", al combinar ciencia y ocio, así como los descubrimientos de la Fundación Dinópolis.