Tras un invierno atípico y unas semanas de intensas lluvias, los expertos prevén un final de primavera e inicio de verano muy complicado para los más de 250.000 alérgicos al polen (especialmente a las gramíneas) que hay en la Comunidad aragonesa. Temen incluso que esta campaña pueda ser una de las más virulentas de los últimos diez años (a excepción del año 2010 que fue también bastante agresiva).

Los expertos explican que tras el tiempo de las últimas semanas –combinado de lluvias y calor– y los niveles de desarrollo de los campo, se espera un nivel de polinización muy elevado que puede originar más de un problema a los alérgicos, sobre todo a los que tiene problemas con las gramíneas. "En cuanto haya ocho o diez días seguidos con una temperatura media de 25 grados, las plantas empezarán a liberar polen y empezarán las afecciones más graves", explica el jefe de servicio de Alergología del Hospital Clínico de Zaragoza, Carlos Colás.

Para intentar llevar lo mejor posible esta situación, Colás señala que lo importante es "un buen diagnóstico" y que ante los primeros síntomas, se comience a tomar la medicación adecuada. Recuerda, de hecho, que en la época del año en la que nos encontramos –sin muchos catarros– cualquier síntoma será seguramente indicio de un problema alérgico.

Los facultativos hacen hincapié en que la alergia no puede condicionar la vida de ninguna persona e insisten en buscar ayuda lo antes posible. Para clasificar su "gravedad", los especialistas utilizan unos ítems, que valoran las molestias de la reacción alérgica (por ejemplo, si afecta al sueño nocturno de la persona). Según este análisis, se decide optar por un tratamiento u otro. Solo a un 5% se les prescribe una vacuna antialergénica. Según algunos alergólogos, la rinitis alérgica limita las actividades de dos terceras partes de los pacientes y afecta al descanso nocturno de un 80% de los afectados.