La grasa, cuestión de genética

El investigador José Miguel Arbonés explica el por qué del efecto rebote tras una dieta.

José Miguel Arbonés Mainar, en la Unidad de Investigación Traslacional del Hospital Miguel Servet.
José Miguel Arbonés Mainar, en la Unidad de Investigación Traslacional del Hospital Miguel Servet.
Carlos Muñoz

José Miguel Arbonés, médico investigador de la Unidad de Obesidad y biología del tejido adiposo del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, tiene una mala noticia para quienes están inmersos en plena operación bikini. Su equipo estudia las características de la grasa que se almacena en nuestro cuerpo y advierte de que, nos guste o no, nuestro cuerpo funciona respecto a la grasa igual que un termostato respecto a la temperatura de una habitación: la genética 'fija la temperatura' o la cantidad de grasa que acumulará cada persona y el cerebro actúa en consecuencia tratando de mantener esos niveles. Cuando hacemos dieta, el 'termostato se activa' y al abandonarla recuperamos rápidamente la cantidad inicial de grasa, algo contra lo que, según avisa, es muy difícil luchar. "Por eso es fácil perder peso al principio pero se recupera al cabo del tiempo", explica.


Arbonés sabe que las conclusiones de su línea de investigación no resultarán agradables para quienes estén predispuestos, por su genética, a almacenar unos niveles de grasa que chocan con el canon de belleza actual pero insiste en que, de la misma manera que aceptamos que unas personas son más altas o más bajas por antecedentes familiares, deberíamos aceptar que unas sean más flacas que otras. Lo cual, matiza, no es excusa para llevar una mala alimentación o dejarse llevar por el sedentarismo ya que esos dos factores sí son determinantes a la hora de valorar el estado de salud de una persona.


"Se puede llegar a estar por debajo del nivel de grasa que tiene marcado nuestro cuerpo pero mantenerlo implica controlar siempre todo lo que comes, sensación de hambre y tanto esfuerzo que no sé si merece la pena", opina este investigador.

Tipos y funciones de la grasa

Respecto a las características y las funciones de la grasa, Arbonés explica que, dependiendo de dónde se acumule, tiene un efecto metabólico distinto. Así, por ejemplo, señala que la grasa subcutánea que se acumula en la cintura, "la que te puedes agarrar con la mano", no es tan mala como la que no vemos, la visceral que se acumula "por debajo de lo abdominales y rodea órganos como el hígado y el intestino".


La grasa visceral profunda es la que produce complicaciones metabólicas y está más asociada con la diabetes pero, por suerte, también es la más sencilla de reducir con una alimentación equilibrada y ejercicio físico. "La subcutánea no produce tantas complicaciones y de hecho hace una labor positiva: acumula el exceso de nutrientes en 'paquetes' y evita trastornos metabólicos".


En el caso de las mujeres, eliminar las famosas cartucheras es el objetivo de todos los tratamientos de medicina estética y los productos adelgazantes de cara al verano. Arbonés explica, sin embargo, que aunque puedan no gustar a todos desde un punto de vista estético, desde la perspectiva sanitaria la acumulación de grasa en la zona de los glúteos, en las mujeres, se asocia a niveles más altos de colesterol bueno y a un buen estado de salud.

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