Abre sus puertas en Zaragoza un colegio británico con pedagogía Montessori

?El centro es privado y ofrece unas de las pocas aulas que siguen a pies juntillas el método en España. El British Council les ha concedido ya la autorización provisional.

En el aula de 3 a 6 años (todos están mezclados por edades) cada niño decide a qué se quiere dedicar en cada momento.
En el aula de 3 a 6 años (todos están mezclados por edades) cada niño decide a qué se quiere dedicar en cada momento.
Oliver Duch

Prácticamente todo lo que un niño aprenderá en sus primeros años sobre matemáticas, lenguaje o psicomotricidad lo tiene en casa. Una lista de la compra, una cremallera que subir, una canción en otro idioma... todo suma. Normalmente, nada de esto se encuentra en las aulas de los colegios (o al menos no como material educativo), y el pequeño investigador que cada niño lleva dentro se va apagando, a la espera de contenidos que amontonar en su cabeza y en sus cuadernos, pero que rara vez aprende a cuestionar.


Sin embargo, algunas de las metodologías que mejor funcionan a nivel pedagógico destierran este tipo de aprendizaje. Aunque todos reconocen su valor, es difícil trasladarlas a las aulas convencionales, porque el espacio y los materiales tienen que ir en la misma línea.


Ahora, la metodología Montessori desembarca en Aragón con un nuevo colegio que, además, seguirá el curriculum británico. El centro, bautizado como Zaragoza Schoolhouse, empezará en septiembre a impartir los niveles correspondientes a Primaria, después de varios cursos con niños de 3 a 6 años.


En septiembre, el centro contará con unos 80 niños distribuidos de forma diferente a la habitual. Habrá dos clases con alumnos de 3 a 6 años, siempre mezclados por edades, porque este método defiende la importancia de las aulas internivelares. Además, habrá otra de niños de 6 a 9 años; de nuevo, compartiendo espacio aunque hayan nacido en años diferentes.


La escuela ha ido creciendo peldaño a peldaño, impulsada por dos emprendedoras que buscaban otras opciones educativas en Aragón. Teresa Benito, arquitecta; y Natalia Heredia, maestra y guía Montessori, comenzaron su proyecto con una pequeña ludoteca en la calle Royo en 2013 después de haber dado sus primeros pasos en el semillero de ideas de Zaragoza Activa (dependiente del Ayuntamiento de Zaragoza). Al año siguiente la ampliaron y, al siguiente, cogieron las instalaciones de una antigua escuela infantil en venta en Vía Ibérica, donde ahora va creciendo el colegio.

Centro británico en el extranjero

El colegio sigue el currículum británico, y ha logrado ya la acreditación provisional del British Council para ser colegio inglés en el extranjero (este mismo mes pasan la inspección definitiva). Esto no solo se traduce en la programación sino en el idioma: en sus aulas, se habla desde el principio en inglés. No obstante, y para facilitar la conciliación familias, de momento seguirán el mismo calendario académico y festivo que los centros aragoneses sostenidos con fondos públicos. Además, están en fase de proceso de registro dentro del Gobierno de Aragón.


Las promotoras insisten a las familias interesadas en que la principal razón para inscribir a sus hijos en el centro no debe ser el bilingüismo, sino la metodología Montessori. "Cada niño aprende a su ritmo y según sus intereses: no hay exámenes ni castigos ni recompensas, el miedo a preguntar no debe existir. Los niños no van a salir con un certificado oficial de idiomas, esta no es una escuela tradicional", insiste Natalia Heredia. "Esta opción no es una opción de masas: quienes deciden optar por un centro con esta metodología deben confiar en ella y no medir los progresos de sus hijos en función de los baremos tradicionales", insiste Teresa. "Todos tenemos capacidad de aprendizaje", recalca.


Por ejemplo, en el aula de 3 a 6 años hay diferentes áreas: una niña decide escuchar un cuento en inglés con sus propios auriculares mientras otras se retiran a la zona de yoga. Otro pequeño empieza a descubrir las letras con unas piezas en las que estas tienen relieve. El libro, el lápiz, la ficha y el dictado son lo último. Y mientras algunos niños de 4 años muestran interés por empezar a leer, otros de cinco puede que aún no estén interesados en ello, pero sí en pequeños experimentos científicos que les acercan a conceptos básicos como el magnetismo y la flotación.


Otro momento único de aprendizaje de relaciones humanas, roles y hábitos es la comida. A partir del curso que viene, el colegio tendrá cocina propia y vegetariana. Además, se han propuesto que los niños vayan rotando para hacer pan. "No somos vegetarianos, pero creemos que es mejor ofrecer a los niños en el colegio verdura, legumbres y pasta de calidad, y que sus padres puedan darles para cenar un buen pescado o una buena carne", dicen.


No hay comedor, los pequeños comen en el aula. Cada día, dos de ellos son los encargados de poner la mesa, contar los cubiertos, guardar a cada niño un sitio y dejarlo todo perfectamente recogido. Ellos se sirven en el plato y ellos son los responsables reales del ambiente con sus compañeros.

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