A plantar fuerte la simiente del futuro

Héctor, Alba y todos los niños de 3º de Primaria del colegio Vadorrey Les-Allées tienen una promesa que cumplir desde ayer: leer al menos media hora todos los días. Ese es el compromiso al que llegaron con la consejera de Educación, Mayte Pérez, y del que (sin duda) tendrán que rendir cuentas con sus maestras. Ellos, como el resto de los niños de su colegio, no aprenden francés, sino en francés: dicen sus primeras palabras en este idioma en cuanto pisan este centro público de la margen izquierda y lo utilizan a lo largo de los cursos como una herramienta más: cuando riegan las ‘oignons’ (cebollas) de su huerto lo hacen siguiendo las instrucciones de Aude, una de sus profesoras, que solo les habla en su lengua materna. Y no necesitan que se las repitan dos veces.

Los libros de texto y las fichas apenas tienen sitio en las aulas de infantil (de 3 a 5 años), donde aprenden integrando la geometría, los colores, el nuevo vocabulario o la psicomotricidad en cada proyecto que hacen y del que, además, suelen decidir el tema de forma asamblearia. Las actividades complementarias de música o altas capacidades son otros de los ingredientes que hacen que todo funcione bien. Pero, sobre todo, que los niños vayan motivados a clase.

"Hay que mantener encendida la llama de la ilusión y la motivación en los niños en toda la etapa educativa y apostar por la innovación que requiere el sistema educativo", recalcó la consejera durante la visita al centro.

El pasado mes de noviembre, este colegio estrenó por fin su aulario de Primaria y despidió a las últimas cuatro aulas prefabricadas que quedaban en centros de Zaragoza. El Vadorrey se abrió en el curso 2010-11 en aulas puente del Marie Curie. Al año siguiente (curso 2011-12) estrenaron su edificio de infantil y la DGA prometió que cuando estos chicos llegaran a primaria tendrían el edificio construido. Sin embargo, tuvieron que esperar tres cursos más.