El cupón premiado esperaba en el bar

?El vendedor de la ONCE de Gallur reservó un boleto para un cliente habitual y se lo dejó en un restaurante. Tocó el premio, repartió 620.000 € y el afortunado lo recogió.

Vicente –dueño del mesón– y Luis Miguel –el vendedor–, con una copia del cupón premiado.
Vicente –dueño del mesón– y Luis Miguel –el vendedor–, con una copia del cupón premiado.
Heraldo

Han pasado las Navidades y ya han dejado de emitir los anuncios de la lotería con Justino, el vigilante nocturno de una fábrica de maniquíes, o el del bar de Antonio, que se hizo famoso el año pasado. Pero Luis Miguel Gil Echenique, vendedor de la ONCE, podría protagonizar el próximo ‘spot’ porque el pasado 27 de febrero repartió 31 boletos premiados en Gallur, lo que supuso un premio total de 620.000 euros, y vivió una historia similar a la televisiva. Cayó el 81.640, un número como otro cualquiera al que no estaban abonados ni nada parecido, pero lo compartieron. Ese día tocaba... y tocó en Gallur.


Pero ese sábado Pepe, un gallurano que trabaja de camarero en un bar de Utebo, no pudo ir a buscar el cupón y Luis Miguel se lo reservó. Es un cliente fiel y todas las semanas compraba su número, por lo que el vendedor no quería dejarlo sin su parte de sueño. "Esa tarde se lo dejé a Vicente, en el Mesón del Labrador, para que se lo diera a Pepe", cuenta el vendedor.


Cuando se conoció el número premiado esa noche, la noticia de que les había tocado corrió como la pólvora en Gallur. "Llamamos a Pepe esa noche para decírselo al trabajo, pero no se lo creía. Yo había vendido seis de esos cupones en el bar, y me quedé uno. Pasamos toda la noche celebrándolo hasta las 7.00. Cuando llegó Pepe se lo di", explica Vicente, el dueño del mesón. "A ver si nos graban un anuncio ahora", añade con sorna. Cada cupón premiado suponía 20.000 euros para los afortunados.


Luis Miguel cuenta que cuando avisaron a Pepe pensaba que era una broma pesada. "Nos ha tocado", le dijo el vendedor, como si protagonizara el anuncio televisivo de Antonio, para avisarle de que le guardaban el suyo. "No se lo creía y me dijo que estos tiempos no están para bromas", apunta Luis Miguel.


Esa noche del sábado 27 de febrero corrió el cava por Gallur y Pepe volvió a casa envuelto en una nube. Luis Miguel y Vicente le dieron su cupón cuando regresó a la localidad y pasaron la noche brindando por el premio.

Gloria, la mujer del vendedor, compró cuatro cupones, uno para ella, dos para sus hijos y el cuarto era para Pepe, si su marido no lo guardaba. Al final, como ya le había reservado otro el vendedor, les vinieron bien los 80.000 euros que les tocaron. "Tenemos que pagar a los proveedores de la papelería que regenta mi mujer y llevábamos mala época", reconoce Luis Miguel.


El anuncio de la lotería navideño gira en torno a dos ideas: buenas personas que siempre piensan en los demás y el eslogan de fraternidad y amor: "El mejor premio es compartirlo". Gallur cumplió ambos parámetros.

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