"Estaba sentada en una capilla y dos personas me dijeron que me tenía que ir"

La víctima del atentado vio a uno de ellos por detrás y al otro "de medio perfil".

La víctima Marta García junto al abogado Guillermo Royo, ayer en la entrada de la Audiencia Nacional.
La víctima Marta García junto al abogado Guillermo Royo, ayer en la entrada de la Audiencia Nacional.
Enrique Cidoncha

"Estaba sentada en la capilla de San Judas Tadeo, me giré y había dos personas que me dijeron que me tenía que ir". Apenas segundos después, ya levantada y casi frente al altar mayor, vio "una llama y llegó el impacto", a escasos metros de ella. El ruido y la explosión le generaron "una pérdida de audición y la rotura de tímpanos", además de que el propio atentado ha afectado notablemente también a su situación personal y laboral.


La principal víctima del atentado a la basílica del Pilar, Marta García, declaró ayer ante la Audiencia Nacional que un hombre le instó justo antes de la explosión a dejar la capilla en la que estaba rezando y salir del templo.


La víctima aseguró no recordar ningún rasgo de la fisionomía de ese hombre, ni tampoco de la persona que le acompañaba.De esta segunda, no tiene claro si podía ser hombre o mujer. "Una de ellas me daba la espalda y no la vi; a la otra persona la vi solo de medio perfil, entonces no sé quién es", afirmó. "No identifico los rostros", contestó a preguntas de su abogado.


Marta García respondió muy serena, pero en su declaración se dejaron sentir las secuelas del atentado, que además de afectarle directamente y con consecuencias que perduran en su audición, entre otras afecciones le supuso varias fracturas en la mandíbula. "Tengo altos y bajos en la audición, tengo miedos, inseguridades. Si subo a un puerto, por la noche tengo inflamación. Ahora cuando padezco anginas a la vez sufro otitis, problemas que nunca había tenido", explicó.


Además de la imposibilidad psicológica que tiene ahora para entrar a la basílica – "soy de Zaragoza y de vez en cuando me gusta entrar al Pilar", contestó cuando le preguntaron qué hacía allí el día del atentado–, Marta también está con tratamiento psiquiátrico y psicológico y acusa "muchos problemas laborales".


En su testimonio, declaró además que vive de los 426 euros que recibe del Gobierno aragonés y de una ayuda familiar y que ha pedido formalmente ser considerada víctima del terrorismo, solicitud que aún no se ha resuelto.


También declararon personal de la basílica del Pilar que estaba en ese momento dentro del templo y testigos policiales.Un vigilante, que en el instante de la explosión estaba cerrando al público el acceso de una parte de la basílica, explicó que avisó al 112 en cuanto sintió la bomba. "Llamé y les di el aviso para que viniesen con rapidez", dijo. El vigilante explicó que el personal que estaba dentro dio "una vuelta rápida a la basílica, viendo los huecos en los que podía haber gente, los baños, los confesionarios; sacamos a varias personas que aún estaban dentro", declaró.


Asimismo señaló que habría unas 200 personas en la basílica en el momento de la explosión. "Había un grupo de norteamericanos con una guía local, en total serían, unas 40 personas", añadió el vigilante. "Además, también se encontraban trabajadores y varias familias de turistas. En mi lado habría unas 70 personas", especificó. También informó de que un grupo de escolares de Madrid de entre 10 y 15 años estaban entrando al Pilar en el momento de la detonación."Había mucho humo"

Otro de los testigos explicó que tras la explosión "había mucho humo, lo que produjo un ambiente irrespirable". Además, detalló al tribunal que "uno de los bancos estaba ardiendo y otro totalmente desecho, había además astillas por todos los lados", relató.

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