Más de un centenar de bienes aragoneses retenidos en Cataluña están aún sin reclamar

La mayoría de las piezas localizadas pertenecen al monasterio de Sijena y a la catedral de Roda. Casi todas se hallan en el Museo de Lérida y el MNAC de Barcelona, pero las hay en otros centros.

La silla prioral de Sijena, expuesta en Lérida.
La silla prioral de Sijena, expuesta en Lérida. Esta pieza de excepcional valor pertenece a la exposición permanente del museo.
Javier Blasco/Heraldo

No están todos los que son. Cataluña retiene en sus museos muchos más bienes de arte sacro aragoneses de los que la Comunidad lleva años reclamando a través de distintos pleitos. Aunque no se puede dar una cifra exacta, el listado de estas piezas ‘olvidadas’ en museos catalanes suma, como mínimo, un centenar largo. La mayoría son originarias del monasterio de Sijena y de la antigua catedral de Roda de Isábena, aunque también las hay que proceden de otras localidades de la provincia de Huesca.


Solo del cenobio monegrino podría haber más de 110, repartidas entre el Museo de Lérida y el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), en Barcelona. Ambos mantienen también retenidas más de un centenar de obras que han sido reclamadas por el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena a través de dos procesos judiciales. Uno ya está resuelto y en primera instancia ordenó la devolución de 97 piezas cuyas compras fueron anuladas, aunque Cataluña ha recurrido. Mientras, la Generalitat se ha comprometido a entregar 53 de ellas. En el otro pleito abierto se reclaman las pinturas de la sala capitular, una de las joyas del MNAC, y un conjunto de pinturas profanas también expuestas allí.


Pero tanto en este centro como en el ilerdense hay mucho más patrimonio de Sijena. Destaca la silla prioral de doña Blanca de Aragón, una pieza única de excepcional valor incluida en la exposición permanente del Museo de Lérida. Está en depósito, igual que otras 36 piezas del monasterio. Llegaron allí en camiones enviados en 1972 por el obispo ilerdense Ramón Malla, después de que la comunidad de monjas sanjuanistas propietaria del cenobio tuviera que abandonarlo por su mal estado y trasladarse al de Valldoreix.


El Ayuntamiento de Sijena no pudo exigir la inclusión de estas piezas en el acuerdo de la DGA con la orden religiosa, en 2013, para litigar en su nombre porque no se le informó de la negociación hasta que el Consistorio no trasladó al Ejecutivo la decisión del pleno de iniciar el proceso de expropiación a la Iglesia del patrimonio emigrado del monasterio, según el alcalde, Alfonso Salillas.


También el MNAC guarda en sus almacenes decenas de piezas del monasterio, declarado en 1923 Monumento Nacional. En 1972, la última priora de las monjas de Sijena, Angelita Opi, dejó en depósito en el centro barcelonés 116 obras, con la intención de recuperarlas cuando las monjas regresaran al cenobio, pero no volvieron.


En ese lote estaban algunos de los bienes que en los años 80 y 90 compró Cataluña, transacciones que declaró ilegales un juzgado de Huesca, por lo que ha obligado a devolverlas. Pero también había varios relicarios y un importante conjunto de orfebrería formado por las más de 70 piezas del belén de plata del monasterio, incluida la cuna y el Niño Jesús. Nada se sabía de ellas hasta que en enero el pesebre salió a subasta, lo que llevó a la DGA y al Ayuntamiento a denunciar los hechos. La figura fue intervenida por la Policía al particular que la tenía en su poder y trasladada a Zaragoza, a la espera de que los tribunales decidan sobre su destino. En 1994, la priora de Valldoreix, Pilar Sanjoaquín, había levantado el depósito de 23 de los bienes, entre ellos la cuna.


Además, el historiador Juan José Nieto tiene localizada una arqueta de marfil de estilo italiano, en la que se guardaban las reliquias, en el Museo Marès, también en Barcelona. Y parte de los documentos del archivo de Sijena que se salvaron del incendio de 1936 también están en la comunidad vecina. Hay una regla del XIII, con las normas de funcionamiento interno del monasterio, en la Biblioteca de Cataluña, y dos carpetas con pergaminos en el Archivo de la Corona de Aragón, que fueron enviados allí después de la guerra.Expoliados hace 150 años

La antigua catedral de Roda de Isábena también tiene parte de su tesoro en tierras catalanas, con especial mención a la orfebrería. En las salas de reserva del Museo de Lérida hay, entre otras, un brazo relicario de San Valero, un par de pies relicarios, bustos de plata de San Lorenzo y San Vicente, las mazas ceremoniales de la antigua catedral, dos ternos (conjunto de vestimentas para oficiar misa)... Según explica Nieto, este patrimonio salió en la segunda mitad del siglo XIX "en varias veces", cuando Roda perdió su independencia y pasó a depender del cabildo de Lérida. El último envío se hizo en 1864 "con un carromato". Y en 1922 se llevaron una cruz del siglo XIII a lo que hoy es el MNAC. "Dijeron que era para restaurarla, pero la vendieron", relata el investigador, que participó en 2010 en la elaboración del inventario de la DGA de los 112 bienes reclamados por la diócesis de Barbastro.


Hace solo cinco meses, localizó la talla de la Virgen de Obarra en el MNAC, donde lo tiene en depósito la Fundación Tapies. Fue vendida a Antoni Tapies en 1970 por José Gudiol, que en 1936 había arrancado los frescos de la sala capitular de Sijena.


Nieto también ha podido identificar en el Museo de Lérida siete cuadros de la iglesia de Lamasadera, pedanía de Sariñena. "El expolio ha sido una labor continuada a lo largo de mucho tiempo y han salido de diferentes formas", explica el historiador, que continúa sus investigaciones a pesar de las trabas. En este sentido, recuerda que el MNAC, que tiene todavía tiene obras salvadas de la guerra en depósito desde 1945, no facilita información de sus fondos y archivos.

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