Queda un largo camino por recorrer, pero se ha dado un paso "relevante". Tras años de relaciones inexistentes, el conflicto por el arte sacro que retiene Cataluña dio ayer un importante giro con la apertura de un proceso de "diálogo institucional" entre el Gobierno de Aragón y la Generalitat. Y el primer compromiso es la devolución "en los próximos días o semanas" de 53 de las 97 piezas del monasterio de Sijena que ya ordenó restituir una juez de Huesca en la sentencia dictada hace casi un año, en la que declaró ilegales sus compraventas. Mientras, Cataluña mantiene recurrido el fallo y deja claro que también agotará la vía judicial en el caso de las valiosas pinturas murales de la sala capitular sijenense.

El retorno del resto del paquete –así como de los citados frescos y de las 112 obras que reclaman el obispado de Barbastro-Monzón, Berbegal y Peralta de Alcofea– queda a expensas de los avances que pueda lograr el grupo de trabajo que acordaron crear los consejeros de Cultura, la aragonesa Mayte Pérez y el catalán Santi Vila, que ayer mantuvieron un primer encuentro en Zaragoza. Para todos ellos, no hay plazos ni garantías de que vayan a volver a manos de sus legítimos propietarios.

¿Y por qué solo esas 53 y no todas las incluidas en el fallo? Según explicó Pérez tras la reunión, que se prolongó durante casi tres horas, se trata de las obras propiedad del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), que en 1994 adquirió un lote a las monjas sanjuanistas. No obstante, según la sentencia que anuló esta transacción, el centro barcelonés –donde están secuestrados los frescos de la sala capitular– solo se hizo con 41 bienes, entre ellos pinturas murales, relicarios o libros, por lo que los técnicos deberán aclarar la cantidad y el contenido de ese paquete. Máxime, teniendo en cuenta que durante el proceso judicial que promovieron la DGA y el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, la Generalitat intentó dar el ‘cambiazo’ con algunos de los objetos. El MNAC nunca ha expuesto ninguno de ellos. De hecho, fuentes de Cultura de la Generalitat admitieron que son "los de menos valor museístico".

El resto de las obras fueron compradas por la Generalitat en 1983 (44) y 1992 (otros 12) y permanecen en el Museo de Lérida, que tiene expuestas siete. A diferencia de las obras del MNAC que no están ni protegidas, las que están en Lérida sí fueron catalogadas por el Gobierno catalán, que sostiene que integran una colección con todos los fondos del museo ilerdense. Unas y otras están inventariadas en Aragón, al ser el monasterio Monumento Nacional desde 1923.

Además, cabe recordar que el ‘Govern’ tiene recurrida tanto el fallo del juzgado oscense como el procedimiento de ejecución de la misma. También en el caso de la sala capitular, que todavía no ha quedado visto para sentencia. Vila lo dejó claro: "Sin duda, agotaremos todo el recorrido judicial"."Patrimonio común"

Pérez reconoció que en los tribunales "todo lleva su vía", paralela a la negociación abierta. "Está en la Justicia porque la política ha fallado", afirmó, pero "más vale tarde que nunca", añadió. Por ello, consideró "una buena noticia" que vuelvan "más del 50% de las piezas" objeto de ese litigio.

Después de casi una década en la que Aragón y Cataluña solo se han visto las caras en los juzgados en los que se dirimían los diferentes pleitos por el arte sacro, tanto Pérez como Vila valoraron la "oportunidad" que supone retomar el diálogo para intentar desbloquear un conflicto cada vez más enquistado. Se trata de buscar "una solución política" para "compartir" y "difundir el patrimonio común" y "aprovechar las sinergias" entre ambas comunidades, explicó la consejera, que detalló que en un mes habrá una nueva reunión. Sobre los bienes que retornarán en breve al monasterio, aclaró que "eso no quiere decir que no puedan ir a cualquier otro municipio" temporalmente.

"Vemos muy bien que estén en Sijena" esas obras, aseguró Vila, que dijo comprender que "los ciudadanos quieran tenerlos cerca". Abogó por "articular mecanismos para una gestión conjunta" desde "una responsabilidad compartida, que se deriva de un marco jurídico que cada uno tiene que respetar con el máximo rigor y lealtad". En el caso de la sala capitular, advirtió de que es asunto "muy delicado" porque hay que estudiar aspectos técnicos y también "cuánto costaría arrancarlas". En todo caso, apostó por avanzar "rápidamente" en la resolución del conflicto "porque hay una presión y sensibilidad ciudadana importante que queremos atender".