El aeropuerto consigue una pírrica subida de pasajeros pero sigue en cifras de hace 10 años
Por contra, en 2015 la base zaragozana no continuó con su aumento en el tráfico de mercancías.
El 2015 se cerró como el año en el que el Aeropuerto de Zaragoza pudo haber despegado por fin, pero sin conseguirlo. El aumento de los vuelos chárter así como las plazas de algunas aerolíneas en la capital aragonesa apenas han conseguido repuntar en un 1,3% el transporte de viajeros. Un aumento que sin embargo sirve para romper la tendencia en la que la base estaba instalada desde hacía varios años, cuando comenzó a perder pasajeros de forma continuada a raíz de la pérdida de destinos y conexiones.
En total, según los datos de Aena, el aeropuerto concluyó el 2015 con 423.873 pasajeros transportados, unos cinco mil más que en 2014, cuando las cifras tocaron fondo.
Pese a esto, el número de viajeros sigue estando muy alejado de lo que una vez llegó a ser, como en 2011, cuando con cerca de una decena más de destinos y más aerolíneas comercializando sus vuelos, el aeropuerto de Zaragoza llegó a superar los 750.000 pasajeros en solo un año. De hecho, los resultados del 2015 son similares a los que se dieron en el 2006.
Este lánguido aumento pudo ser mucho mayor si hubiera salido adelante el proyecto de la aerolínea Air Horizont, compañía con capital aragonés que tras presentarse a comienzos del año pasado con destinos a Munich, Roma, Sevilla y Alicante canceló sus vuelos al no conseguir los permisos por parte de Aena, cuando ya había 4.000 billetes reservados justo antes del comienzo del verano.
Con todo, la mejora de los datos se dio a partir de la época estival, cuando las compañías que operan habitualmente aumentaron sus plazas un 4% -lideradas por Ryanair y Wizz Air, la compañía que conecta la capital aragonesa con Rumanía-, lo que a la postre ha acabado conformando el mínimo repunte.
En términos nacionales, el aeropuerto ubicado en Garrapinillos cerró el año en el puesto número 28 de toda España (en 2014 acabó en el puesto 33), superado con creces por el de otras ciudades de muy inferior tamaño como Reus o Gerona, encadenando así su tercer curso consecutivo por debajo de los 500.000 pasajeros, cifra que fue fijada por la CNMC en un informe como óptima para asegurar la viabilidad de un aeropuerto en España.
Este 2016 arranca sin embargo con buenas y ansiadas noticias para el aeropuerto. En marzo se estrenará el esperado sistema antiniebla que llevaba años reclamándose y permitirá a los aviones aterrizar con baja visibilidad, un problema que arrastraba la pista de aterrizaje desde hace tiempo y que el pasado mes de diciembre volvió a presentarse al tener que desviarse un vuelo procedente de París que finalmente aterrizó en El Prat.
El tráfico de mercancías cae ligeramente
El curso pasado la tendencia varió a la contra en lo que respecta al transporte de mercancías, donde Zaragoza, pese a mantenerse como la tercera plaza a nivel nacional, perdió peso con respecto a Madrid y Barcelona, aeropuertos a los que se había acercado en los últimos años. La caída en este aspecto, no obstante, es mínima (apenas un 0,6% menos, hasta situarse en 85.740 toneladas), aunque la brecha se ha vuelto a acrecentar después de que la base de la ciudad condal, segunda en liza, aumentara su tráfico un 14%.
Los aeropuertos de Huesca y Teruel, como la noche y el día
En los otros aeródromos aragoneses, el balance es muy distinto. En la base de Caudé, dedicada a las labores de centro industrial, cada vez son más las aerolíneas que se instalan para realizar en él sus reparaciones y pruebas. No en vano, la semana pasada salió a concurso la construcción de un segundo hangar para ampliar sus líneas de negocio. Un rumbo muy distinto al que lleva varios años encadenando el de Huesca, este sí dedicado a la actividad comercial, que en 2015 marcó su propio récord negativo con apenas 242 usuarios.
