El fiscal sostiene "sin prueba directa" que ETA quiso matar a Aznar con un lanzamisiles
Pide más de 70 años de cárcel para los cuatro juzgados ayer con el testimonio policial de un acusado en libertad. Tres de los supuestos etarras niegan pertenecer a la banda. Todos ellos se desvinculan del intento de atentado en 2001.
Jesús Alonso, representante del ministerio público en el juicio celebrado ayer en la Audiencia Nacional, admitió que aunque "no hay prueba directa" que incriminen a los procesados, dos de los cuales están en libertad condicional y los otros en prisión, sí existen otros elementos indiciarios para la condena.
En concreto, el fiscal enumeró que tienen "una declaración incriminatoria ante la Guardia Civil, no ratificada ante el juez, del acusado Pedro María Olano Zabala, que, sumado a varios elementos externos, corroboran la prueba indiciaria". Estos "elementos externos" serían el testimonio por parte del procesado de la existencia de una vivienda de Lizarza (Guipúzcoa) presuntamente usada para preparar el atentado, o los dos zulos hallados en La Alberca (Salamanca) y Tolosa (Guipúzcoa) donde se pretendían esconder los lanzamisiles rusos llegados desde Francia. Olano dijo en el juicio que esta declaración la hizo bajo torturas.
Contestación a las defensas
"Yo no tengo nada que hablar con el señor fiscal", declaró Iruretagoyena Lanz, que añadió que no conocía a los otros acusados ni desarrolló nunca ninguna actividad junto a ellos en ETA. Asimismo, relató a su abogado que difícilmente pudo participar en el transporte de un lanzamisiles o de cualquier tipo de explosivos porque perdió la mano izquierda en 1983. "Me extraña mucho porque no puedo manejar ni una escopeta de caza", aseguró.
No estaban operativos
Los misiles y los dos artefactos de lanzamientos fueron incautados el 3 de octubre de 2004 en la operación llevada a cabo en Francia que se saldó con la detención de los jefes militares de ETA Mikel Albisu Iriarte, Mikel Antza, y María Soledad Iparraguirre, Anboto.
Según un perito de la Guardia Civil, los misiles hallados eran de origen ruso, no estaban operativos y habían sido manipulados por personal no cualificado. No obstante, si se hubieran utilizado "las posibilidades de sobrevivir eran casi nulas", aseguró al tribunal.
Antes de este hallazgo, se intervino un documento titulado Orratza en el que ETA confesaba su intención de atentar contra el Rey, el presidente del Gobierno y ministros y detallaba los aviones que solían utilizar. Del mismo modo, en una entrevista del diario Gara en mayo de 2009 a los etarras Argi y Gaubeko (previa a la detención de Olano) aseguraron que "los misiles para derribar aviones fueron activados en tres intentos de atentado contra José María Aznar cuando era presidente. Por desgracia, las acciones no cumplieron su objetivo".
Por su parte, las defensas reclamaron la libre absolución de los acusados por falta de pruebas concluyentes.