El fiscal sostiene "sin prueba directa" que ETA quiso matar a Aznar con un lanzamisiles

Pide más de 70 años de cárcel para los cuatro juzgados ayer con el testimonio policial de un acusado en libertad. Tres de los supuestos etarras niegan pertenecer a la banda. Todos ellos se desvinculan del intento de atentado en 2001.

Homenaje a las víctimas del terrorismo.
Homenaje a las víctimas del terrorismo.
Alejandro García/Efe

La Fiscalía defendió en su informe de conclusiones que existen indicios suficientes para condenar a los cuatro acusados que planearon derribar el avión del expresidente del Gobierno José María Aznar con un lanzamisiles, coincidiendo con la campaña de las elecciones autonómicas vascas de 2001.


Jesús Alonso, representante del ministerio público en el juicio celebrado ayer en la Audiencia Nacional, admitió que aunque "no hay prueba directa" que incriminen a los procesados, dos de los cuales están en libertad condicional y los otros en prisión, sí existen otros elementos indiciarios para la condena.


En concreto, el fiscal enumeró que tienen "una declaración incriminatoria ante la Guardia Civil, no ratificada ante el juez, del acusado Pedro María Olano Zabala, que, sumado a varios elementos externos, corroboran la prueba indiciaria". Estos "elementos externos" serían el testimonio por parte del procesado de la existencia de una vivienda de Lizarza (Guipúzcoa) presuntamente usada para preparar el atentado, o los dos zulos hallados en La Alberca (Salamanca) y Tolosa (Guipúzcoa) donde se pretendían esconder los lanzamisiles rusos llegados desde Francia. Olano dijo en el juicio que esta declaración la hizo bajo torturas.


Contestación a las defensas

Los otros tres acusados son Luis Ignacio Iruretagoyena Lanz, alias ‘Suny’, que se encuentra en una prisión francesa cumpliendo condena tras ser detenido en Cahors en septiembre 2007, Gregorio Jiménez Morales y Juan María Múgica Dorronsoro. Los cuatro negaron los hechos, solo contestaron a sus defensas y solo Suny admitió su pertenencia a ETA desde 1974. Para el que fuera uno de los máximos expertos en explosivos de la banda, según las fuerzas de seguridad, la Fiscalía mantuvo una petición de pena de 72 años de cárcel, mientras que para los tres restantes reclamó 71 años como cooperadores necesarios al transportar el material explosivo.


"Yo no tengo nada que hablar con el señor fiscal", declaró Iruretagoyena Lanz, que añadió que no conocía a los otros acusados ni desarrolló nunca ninguna actividad junto a ellos en ETA. Asimismo, relató a su abogado que difícilmente pudo participar en el transporte de un lanzamisiles o de cualquier tipo de explosivos porque perdió la mano izquierda en 1983. "Me extraña mucho porque no puedo manejar ni una escopeta de caza", aseguró.


No estaban operativos

El primer intento tuvo lugar el 29 de abril de 2001, coincidiendo con una visita de Aznar al Palacio Euskalduna de Bilbao para el acto de apertura de la campaña. El segundo fue en Oyarzun (Guipúzcoa) aprovechando la presencia del expresidente en el aeropuerto de Fuenterrabía, donde se desplazó en avión para participar en un mitin el 4 de mayo en el Kursaal de San Sebastián. Y el tercero se planeó para el 11 de mayo, cuando iba a intervenir en un acto en el polideportivo Sansomendi de Vitoria.


Los misiles y los dos artefactos de lanzamientos fueron incautados el 3 de octubre de 2004 en la operación llevada a cabo en Francia que se saldó con la detención de los jefes militares de ETA Mikel Albisu Iriarte, ‘Mikel Antza’, y María Soledad Iparraguirre, ‘Anboto’.


Según un perito de la Guardia Civil, los misiles hallados eran de origen ruso, no estaban operativos y habían sido manipulados por personal no cualificado. No obstante, si se hubieran utilizado "las posibilidades de sobrevivir eran casi nulas", aseguró al tribunal.


Antes de este hallazgo, se intervino un documento titulado ‘Orratza’ en el que ETA confesaba su intención de atentar contra el Rey, el presidente del Gobierno y ministros y detallaba los aviones que solían utilizar. Del mismo modo, en una entrevista del diario ‘Gara’ en mayo de 2009 a los etarras Argi y Gaubeko (previa a la detención de Olano) aseguraron que "los misiles para derribar aviones fueron activados en tres intentos de atentado contra José María Aznar cuando era presidente. Por desgracia, las acciones no cumplieron su objetivo".


Por su parte, las defensas reclamaron la libre absolución de los acusados por falta de pruebas concluyentes.

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