Nueve balnearios aragoneses están a punto de cerrar el segundo semestre del año con una ocupación media cercana al 84%. Una cifra satisfactoria a la que, según aseguran desde la Asociación de Balnearios de Aragón, no se hubiese llegado "bajo ningún concepto" sin las 17.325 plazas concertadas a través del programa de Termalismo Social del Imserso.

José Franch, presidente de la asociación, confirma que el presupuesto asignado por el Imserso a los balnearios aragoneses se mantendrá durante el 2016 así que lo más probable es que también se mantengan las plazas. Solo queda una incógnita a la vista: si el Balneario de Ariño, de titularidad municipal, se sumará a los nueve que ya forman parte de la oferta del Imserso en Aragón y a los 105 balnearios participantes en toda España. De ser así, ya serían diez los balnearios inscritos en Aragón.

Se reducen las condiciones

El programa de Termalismo Social ofrece estancias de entre 10 y 12 días en establecimientos con manantiales de agua minero medicinal. Como novedad, el próximo año podrán acceder por primera vez todos los mayores de 65 años (sean o no pensionistas), los pensionistas por viudedad mayores de 55 y los perceptores de prestación por desempleo mayores de 60 años.

El Imserso asume entre un 20 y un 50% del coste de un servicio que incluye alojamiento en régimen de pensión completa, acceso a los tratamientos termales básicos, reconocimiento y seguimiento médico y actividades de ocio y tiempo libre.

En Aragón se concierta el 7,7% de las plazas reservadas a nivel nacional, por lo que la aportación estatal a los balnearios aragoneses ronda los 2,8 millones de euros, una cantidad que sumada a la aportación de los usuarios deja unos 9,7 millones de euros de beneficio en este sector aragonés. "Es un motor muy importante pero no solo para los balnearios, sino para las zonas rurales. Los nueve establecimientos que participan en Aragón están en zonas rurales donde escasea el empleo y el Termalismo Social nos permite mantener fijos 2.000 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos (servicios de lavandería, comida, etc)", añade José Franch.

Los pensionistas más comunes en los balnearios aragoneses proceden de Aragón, Cataluña, País Vasco y la Comunidad Valenciana, aunque siempre hay algún aventurero que se dedica a recorrer la geografía española de año en año, de balneario en balneario. Como el viaje no está incluido, muchos llegan con su propio coche y aprovechan la estancia para recorrer los pueblos del entorno, razón por la que José Franch asegura que el Termalismo Social "da vida y deja beneficio a toda la zona", no solo a la localidad donde está ubicado cada establecimiento.