La receta electrónica se instaurará en la provincia de Soria este miércoles 2 de diciembre en la Zona Básica de Salud (ZBS) de Berlanga de Duero para continuar, si todo sale según lo previsto, a partir del 14 de diciembre en la de San Esteban de Gormaz. Así, paulatinamente hasta que su despliegue en el medio rural sea totalmente efectivo "antes del verano" del próximo ejercicio y, "tras los meses estivales", incluir en el servicio a los dos centros de salud urbanos y a sus farmacias. Aunque todo "depende de cómo avance" su implantación.

El responsable de la Gerencia de Salud de Área, Miguel Ángel Iglesias, concretó a HERALDO la fecha seleccionada para comenzar con la instauración de esta prestación que no tiene más que ventajas para el usuario y los profesionales. Para el usuario porque "no tiene que ir al médico cada vez que necesita una receta, aunque eso no le excluye de las consultas para revisiones pautadas"; para el profesional sanitario porque "puede emplear su tiempo en pasar consulta y poder diagnosticar mejor a otros pacientes". Además, Iglesias mencionó otro aspecto "muy importante" para los pensionistas: "Con la receta electrónica, en el momento que lleguen al tope -de copago- no tienen que pagar de más". Hasta la fecha este sector de población debe abonar primeramente sus medicamentos y después la Administración sanitaria les reembolsa el exceso de aportación en función de su renta. La Junta de Castilla y León es una de las administración que más rápidamente realiza estos abonos, "trimestralmente", a pesar de que el Ministerio fija hasta un plazo de medio año para hacerlo.

La concreción del comienzo de la implantación progresiva de la receta electrónica en el Área de Salud de Soria por parte de la Gerencia se realiza un par de semanas después de que el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia avanzara que la previsión realizada por Sacyl apuntaba al inicio en la semana del 30 de noviembre. Se hace después de un exitoso pilotaje en las ZBS vallisoletanas de Cigales y Portillo, además de primeras incursiones en diferentes provincias de la Comunidad.

El gerente de Salud de Área observó que todo se encuentra a punto para comenzar esta semana con el servicio en la ZBS de Berlanga de Duero, donde "los médicos están recibiendo formación" y "las farmacias ya están listas", pues desde el ente colegial llevan tiempo instruyendo a sus profesionales.Un reto

"Para nosotros es un reto", admitió Iglesias, quien puntualizó que la inclusión de los pacientes dentro del módulo de prescripción de receta electrónica se hará también de forma progresiva, "en función del perfil del paciente y del criterio médico". En un principio se introducirán los datos de aquellos usuarios con mayores necesidades de tratamiento, es decir, crónicos y polimedicados. El gerente de Salud de Área indicó que, por el momento, no entran dentro de la e-receta ni los visados ni fórmulas magistrales ni tratamientos del extranjero, aunque "sí lo harán en un futuro".

Como se trata de una "cuestión paulatina no hay un excesivo miedo" a que existan fallos en el sistema que demoren el avance de la receta electrónica. Se trata, según Iglesias, "de irnos acostumbrando todos: pacientes, médicos y farmacéuticos". "Una vez que esté en marcha, poco a poco, veremos que sólo hay beneficios", añadió.

En este sentido cabe recordar que el esquema de funcionamiento es muy sencillo: comienza con la visita del paciente a su médico, quien realiza un diagnóstico y, si procede, marca el tratamiento y se lo imprime al usuario; en esta hoja figuran todos los medicamentos y cómo debe tomarlos. El paciente acude a la farmacia con este documento y su tarjeta sanitaria. El farmacéutico pasa la tarjeta por un lector, accede al tratamiento y dispensa el medicamento. En el caso de que se trate de un paciente crónico, cuando se le agote el envase volverá a la farmacia sin tener que ir de nuevo al médico, puesto que sus datos ya constarán en el sistema.

Las ventajas de la implantación del sistema de receta electrónica son múltiples: reduce la frecuentación del paciente a la consulta, permite una mejora de la seguridad del uso de los medicamentos y mayor control de estos, con disminución de errores; es un avance significativo en el desarrollo de la historia clínica única y se consigue también más tiempo para que los médicos puedan dedicarse a otras tareas clínicas. Otra ventaja consiste en la potenciación de la labor de los farmacéuticos como agentes de salud y la colaboración entre profesionales, mejorando la atención del paciente.