De hecho, está incluido en la relación de puestos de trabajo de la DGA (la denominada RPT) y requiere que el funcionario sea diplomado o licenciado (nivel 25). Romero tiene el bachillerato, es administrativo y técnico de desarrollo rural, según consta en su currículum que aún se puede consultar en las web de la Cortes de Aragón.

Fuentes oficiales del Gobierno PSOE-CHA no dieron ningún tipo de explicación a este diario sobre el fichaje de Romero y se limitaron a señalar que se le ha hecho el "mismo contrato" que a su antecesor, que colocó el Ejecutivo de Luisa Fernanda Rudi en octubre de 2012 y que fue cesado el pasado 30 de septiembre. El salario será el mismo, unos 35.000 euros al año, aunque en la RPT consta una retribución de 38.900 euros.

El dirigente de IU se quedó en el paro el pasado verano tras no lograr revalidar su escaño como parlamentario en las pasadas elecciones autonómicas, por lo que aceptó el ofrecimiento del Ejecutivo de Lambán. "Me conocen y creen que puedo desarrollar perfectamente el trabajo", dijo antes de recalcar que el puesto de director del espacio joven Baltasar Gracián "no es político, tiene carácter técnico y forma parte del segundo nivel de la Administración. Además, añadió que el salario es "medio".

Luis Ángel Romero subrayó que para nada quiere comprometer a Izquierda Unidad, por lo que consultó a la dirección de su partido antes de aceptar el puesto, que desempeña desde principios de mes.

Se da la circunstancia de que el coordinador de Presidencia participó el pasado verano en las negociaciones con el PSOE, que acabaron en el respaldo de IU_a la investidura de Javier Lambán. Sin embargo, negó cualquier tipo de relación entre su fichaje y el acuerdo político alcanzado. "El ofrecimiento del puesto no es a raíz del pacto de investidura. Para nada tiene que ver lo uno con lo otro. Quien pueda pensarlo, ni conoce a Izquierda Unida ni a Luis Ángel Romero", apostilló.

El dirigente de la coalición de izquierdas fue especialmente tajante a la hora de rechazar cualquier "intercambio de cromos" con el Gobierno. "No es mi intención ir debiendo un favor a nadie", dijo.

Romero reiteró que su puesto es "de segundo nivel", sin poder asimilarse siquiera al de un jefe de servicio, y aseguró que "en ningún caso" hubiera aceptado un alto cargo (una dirección general o la gerencia de una empresa pública" para no comprometer a su partido.