Unos 400 alumnos depositarán su tesis doctoral el próximo mes debido al cambio de normativa

El 15 de noviembre finaliza el plazo para entregar el documento, que debe leerse antes del 11 de febrero.

Una investigadora en un laboratorio de la Universidad de Zaragoza.
Una investigadora en un laboratorio de la Universidad de Zaragoza
E. C.

La llegada del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) no solo afectó a las antiguas licenciaturas y diplomaturas, sino que también modificó los doctorados. A partir de 2011 se puso en marcha el nuevo programa de doctorado, lo que provocó que el Gobierno anunciara una fecha límite -11 de febrero de 2016- para que aquellos que ya habían empezado estos estudios presentaran la tesis. 


Ante esta situación, la Universidad de Zaragoza impuso el 15 de noviembre como último día para presentar todo el papeleo. Ahora, casi cinco años después, la nueva regulación ha provocado una avalancha de alumnos que desean leer su tesis antes del 11 de febrero. 


Según las estimaciones realizadas por la institución académica, unos 400 alumnos leerán su tesis en los próximos meses, aunque 500 han solicitado información. “Para poder organizarnos, pasamos una encuesta a todos los doctorandos que estaban en esta situación y 500 expresaron su voluntad de presentarlo”, explica Francisco Marco, director de la Escuela de Doctorado de la Universidad de Zaragoza. 


Marco considera que todavía es pronto para saber una cifra exacta, puesto que “algunos quizás no puedan terminarla a tiempo”. De hecho, según señala, conoce de primera mano casos de estas características: doctorandos a los que, por diversas circunstancias, se les ha echado el tiempo encima y no podrán finalizarla, “a pesar de que lo tenían previsto”.


No obstante, desde la escuela quieren tranquilizar a todos los estudiantes que se encuentren en esta situación. “Si no pueden depositar la tesis antes del 15 de noviembre, podrán solicitar la admisión en los nuevos estudios en febrero”, recuerda Marco.


En el caso de que haya plazas en el programa que desean y la comisión lo considere adecuado, continuarán con su trabajo doctoral con normalidad. “Como en la normativa de la lectura de tesis de la universidad, no hay un tiempo mínimo obligatorio entre la admisión y la defensa, en unos meses pueden haber presentado su tesis”, señala.


Si finalmente fueran admitidos, tendrían que realizar algunas modificaciones de

fondo y forma en la elaboración de sus trabajos. Además, deberán de pagar 100 euros más al año por la tutela académica, puesto que para el plan antiguo tiene un coste de 116,06 euros y en el nuevo asciende a 218,95. 


El esfuerzo y dedicación necesarios para llevar a cabo una tesis doctoral son elevados y pueden variar dependiendo del departamento en el que se realice. Por ejemplo, Ana lleva cinco años investigando y tiene que terminar el trabajo en menos de un mes. “Son días de mucho agobio porque, aunque la fecha límite es el día 15, tienes que empezar con las inscripciones en el registro casi una semana antes y esperar que no falte ningún papel”, señala.


Esta zaragozana ha compaginado el doctorado con su trabajo por lo que, a raíz de la entrada en vigor de la nueva normativa, se ha visto presionada con una fecha límite. “Hay gente que lleva 20 años matriculada, pero otros solo hemos tenido 5 o 6 y si se compatibiliza con un trabajo es casi imposible conseguirlo. Deberían haber puesto un límite un poco más amplio para determinadas situaciones”, considera.


No obstante, cree que finalmente podrá defender su tesis. “En estos momentos, aunque está todo en tu mente y lo tienes ya organizado, te invaden muchas dudas y cambias de orden las cosas para que esté mejor explicado. En estos últimos meses hay que echarle muchas horas por la noche para conseguir que todo salga bien”, recalca.

Más tesis leídas

Este cambio de normativa ha provocado que en los últimos años no haya hecho más que aumentar el número de tesis doctorales que se leían, a excepción del curso 2014-2015 cuando descendió ligeramente. Mientras que en el curso 2009-2010 se registraban 200 tesis anuales, últimamente se ha llegado a contabilizar una media de 100 más cada año. Según Marco, este crecimiento se producía por la cercanía de la fecha límite, que se cumple en menos de un mes.


No obstante, también ha podido influir que los estudios de doctorado están más demandados. Si en el curso 2010-2011 no se llegaba a los 2.000 matriculados, durante el último año académico -del actual todavía no hay datos puesto que la admisión está todavía abierta- superaban los 2.600.


Todos estos cambios no han modificado los departamentos más deseados por los estudiantes. Ciencias aglutina más del 26% de la producción de tesis, Ingeniería y Arquitectura tiene casi el 24%, Ciencias de la Salud el 22,6%, mientras que Ciencias Sociales y Jurídicas solo supone el 17% y Artes y Humanidades, el 10%.

Los doctores y los másteres

Este aumento de doctorandos puede deberse a la falta de trabajo y el deseo de ampliar conocimientos. Sin embargo, Marco señala que existe un escollo para que se puedan seguir incrementando el número de alumnos que deciden formarse como doctores. “El problema es el elevado precio de los másteres, puesto que si no tienes apoyo familiar o una beca son casi inasumibles para los estudiantes”, recalca Marco. Prueba de ello es que los másteres cuestan casi 3.000 euros, mientras que la tutela académica del doctorado tiene un precio de 218,95 euros anuales y la defensa, un coste de 167,33.

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