Los diálogos programados, además de mostrar un interesante puñado de casos concretos de la divulgación más inquieta e inconformista, abordaron temas clave de la divulgación actual.

José Cervera, biólogo y periodista, autor del blog ‘Retiario’ y colaborador del programa de La 2 ‘Órbita Laika’, se preguntó por el fin último de la divulgación. Alertó contra el ‘paraqueísmo’ ("y esto, ¿para qué sirve?"), la fe en la ciencia, la mala medida ("si no sabes lo que quieres medir, acabas queriendo lo que sabes medir, como les pasa a los medios de comunicación, que miden páginas vistas y han perdido de vista lo que deberían querer: influencia y proyección") y el fenómeno ‘fan de la ciencia’ entre los periodistas. En su opinión, "la ciencia no es especial porque nos da poder o por que nos convence. Lo es por la extrema humanidad de sentir placer por resolver problemas". "La ciencia nos hace más humanos, y eso merece ser contado. Ahí está la razón de la divulgación", concluyó. "Debemos divulgar por la misma razón por la que hacemos literatura", dijo.

¿Hay algo indivulgable? Fue otra de las grandes preguntas en el aire. "Todo es divulgable solo si antes eliges el público y hasta dónde quieres contar", opinó Pampa García Molina, redactora jefe de la Agencia Sinc.

Jorge Wagensberg, pionero de la divulgación en España, abordó la búsqueda de lo nuevo. Recomendó "no cargarnos lo inútil, pues la evolución demuestra que casi todo sirve para algo", "no despreciar nada de lo que ocurre alrededor" y "mirar más allá de la frontera más cercana".

El lema de las D+i 2015 fue "Ciencia y público, más cerca". Ángel Figueroa, director de Medios de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, insistió en la importancia de conocer al público al que te diriges: "Si no valoro sus urgencias, nunca voy a lograr que se interese por la ciencia; ¿cómo hablarle de agua en Marte si no la tiene asegurada en su colonia?".

Para todos los públicos fueron las D+i, organizadas por la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento en colaboración con el Ayuntamiento: niños en el Viaje Interplanetario, invidentes en el taller de Astronomía Accesible y público general en el resto de espectáculos de libre acceso. Sin duda el momento más delirante de las D+i fue cuando Manuel González, finalista del concurso de monólogos Fame Lab, se arrancó con las jotas de la creación. Y el más poético, cuando la música de O’Carolan hizo bailar al fuego, dibujando las ondas sonoras, como cierre de dos intensos días.