¿Cómo es su maestro de ceremonias?

La base es la base de cualquier teatro. Hay que respetar el texto, lo haya escrito Álex O’Dogherty o Shakespeare. Y Álex escribe muy bien, no sé si como Shakespeare, pero muy bien. Y es fácil hacértelo tuyo. Pero ‘The Hole’ se improvisa diariamente. La idea es estar completamente conectado con el público, su reacción siempre va a provocar que surja algo. Y lo tienes que agarrar.

El público es un personaje más.

Al público le pedimos que participe, le damos pie a que sea espontáneo. Y cuando lo hace tienes que rescatar lo que te ofrece y jugar con ello. Cada día hay que ver cómo es el público. Dónde se ríe más, dónde menos, dónde se violenta...

¿Y la gente se porta bien?

Algún asalvajado siempre hay, pero te da mucho juego.

‘The Hole’ es sinónimo de éxito. ¿Les pesa en esta segunda parte?

Más que un peso es una responsabilidad. Y una suerte, porque nos abre las puertas a un público que viene confiado.

¿Qué es para usted la marca ‘The Hole’?

Una montaña rusa de emociones. Es un espectáculo provocador. Aunque lo de provocador siempre lo relacionamos con la sexualidad, pero lo que este espectáculo realmente provoca son emociones. Porque pasas de la risa a lo sentimental o a la risa. El maestro de ceremonias lleva las riendas de estos caballos para que el público entre en ese agujero del que hablamos.

¡Durante tres horas!

Al principio vamos desarmando a la gente de sus prejuicios, de sus preocupaciones, los vamos soltando a través de la risa. Y a partir de la hora y media, la tenemos vulnerable y animanos a que los espectadores vuelvan a ser esos niños que eran antes.

Algunos de ellos se comportan de manera muy desinhibida.

El público llega a hacer cosas en el espectáculo que jamás pensó que haría delante de 500 personas.

¿Le da eso sensación de poder?

No. Más que poderoso me hace sentir bien de ver a la gente disfrutar. Este es un espectáculo donde la gente acaba espontáneamente de pie aplaudiendo, yo eso nunca lo había vivido.

¿Necesitan los españoles provocación?

La vida como nos la están planteando es muy alineada, nos invitan a que tengamos pocos compromisos, a que seamos poco conflictivos. ‘The Hole’ intenta despertarte. No digo que sea la panacea, pero no es solo un espectáculo al que vayas a ver tíos y tías desnudos.

Por los carteles, nadie lo diría...

¡Es que los vas a ver! Cuerpazos impresionantes... Pero cuando la gente se va y les preguntas que qué tal ‘The Hole’, muy pocos te dicen:"Pues unos tíos buenísimos". La mayoría te va a decir que es un canto de esperanza y que se ha emocionado porque habla del amor verdadero.

¿Conoce El Plata?

Sí, pero no he ido nunca. De hecho, una de las primeras cosas que quería hacer al llegar en Zaragoza es ir y disfrutar del Plata.