Piden 13 años por una agresión sexual durante la Nochevieja

El acusado aseguró que solo le dio un beso y la víctima dijo, entre sollozos y detrás de un biombo, que la violó.

El acusado, con camisa de cuadros, entra en la sala de la Audiencia de Zaragoza para el juicio.
El acusado, con camisa de cuadros, entra en la sala de la Audiencia de Zaragoza para el juicio.
oliver duch

La Audiencia de Zaragoza juzgó ayer a Jhony Freddy M. G. por una agresión sexual en una vivienda de unos amigos durante la Nochevieja. El acusado negó haber mantenido relaciones sexuales con la víctima, Jessica, y declaró que le había robado un beso. La víctima relató una violación entre sollozos, detrás de un biombo, y señaló que desde entonces requiere de ayuda psicológica.


El fiscal pidió siete años para el acusado por abusos sexuales; la acusación particular, que ejerce Mercedes Octavio de Toledo solicitó 13 años por agresión sexual; y el defensor, Juan Carlos Ibáñez, reclamó la libre absolución.


"Bailamos en el piso de un amigo y nos dimos un beso de amistad, después de charlar de sus cosas y su pareja", asumió el acusado. "Pero no le agredí en la cama. Dormimos vestidos y no le toqué sexualmente. La acerqué al baño y le bajé las medias porque estaba borracha", agregó.


Jhony, un ciudadano de origen ecuatoriano, explicó que había dormido en un sofá, mientras la chica estaba en una habitación del domicilio de los amigos donde era la fiesta. "Me desperté a las ocho y ella ya no estaba", dijo. Pero Jessica facilitó una versión completamente distinta a la del acusado, al que llegó a acoger en el domicilio que compartía con su novio. La víctima declaró detrás de un biombo, después de solventar el problema del micrófono, y rompió a llorar mientras relataba el episodio de la Nochevieja. Asumió que había bebido mucho ese día al probar un vodka de cerezas y calimocho, y dijo que no se acordó de la violación en Año Nuevo, pero sí a los tres días. "Me dio un beso y le dije qué hacía", señaló Jessica, quien habló con él por haberlo acogido quince días en su casa, pero no se quedó por no poder pagar.


La mujer añadió que la llevaron a una habitación para que durmiera y se le pasara la borrachera. "Jhony entró y cerró la habitación. Me cogió las manos y me chupeteó todo el cuerpo. Me bajó las medias y el tanga. Me tapó la boca y me penetró", recordó Jessica. "Dijo que lo había hecho bien y se fue al sofá. Íbamos a dejar a nuestras parejas", señaló.


Al día siguiente, el novio de Jessica acudió a buscarla y ella se sintió rara, con las medias puestas al revés y llamó por teléfono a Jhony para que le dijera lo que había pasado aunque solo aceptó el beso. A los tres días, ella explicó que recordó los hechos y lo denunció a la Policía. Allí le tomaron muestras de los pantis y el tanga. Ayer, los agentes de Policía Científica declararon que esos restos eran compatibles con el ADN del acusado.


Dos psicólogas que la tratan confirmaron ayer que el relato de Jessica "era coherente" y sufre "un estrés postraumático" que le genera miedo para ir a las discotecas. Los forenses que la vieron esta semana dijeron que era un relato creíble pero con dudas.

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