Los dos osos macho del Pirineo occidental buscan pareja... donde no la hay

Los conservacionistas trasladarán a Olona la necesidad de soltar una pareja de hembras en la zona.

El oso Cannellito, en el Pirineo aragonés

Cannellito y Neré se enfrentan a un severo problema, la extinción, como consecuencia de otro nada desdeñable: no encuentran pareja. Ni para relación estable, ni para encuentros esporádicos. Y no es porque no lo intenten. El gran inconveniente es que los dos únicos osos macho del Pirineo occidental viven en la más absoluta soledad, sin una sola hembra con la que alternar y saciar sus ansias de perpetuar la especie.


Estos plantígrados pirenaicos atraviesan una época de sequía sexual sin parangón. Cannellito (nacido en 2004 del vientre de Cannelle, la osa abatida ese mismo año por un cazador, y de color pardo) y Neré (que vino a este mundo en 1997 y con el pelaje negruzco) han sido grabados y fotografiados en los últimos días en plena actividad de marcaje, propia de la época de celo. En las imágenes se observa cómo se frotan contra los árboles y orinan para impregnar su olor y atraer a una pareja en potencia. E incluso se aprecia cómo, en pleno clímax, llegan a morder la corteza. Una actividad infructuosa sin osas con la que congeniar.


También dejan su fragancia en los troncos para evitarse entre ellos. Cannellito toma especiales precauciones para no cruzarse con Neré, el macho dominante, y así evitar el enfrentamiento. No en vano, cuando coinciden en el mismo sector, el joven osito da un rodeo para desplazarse a zonas forestales más tranquilas. Lo hace a plena luz del día, motivo por el que se le ha podido fotografiar con nitidez.


En su estéril búsqueda de compañera, los plantígrados recorren un espacio muy amplio, que abarca desde el Roncal navarro hasta los valles occidentales de la provincia francesa de Altos Pirineos (valles Cauterets y Luz-Saint-Sauveur). Neré suele completar recorridos por los valles de Anso, Hecho y el Roncal; y Cannellito a veces se da una vuelta hasta la zona fronteriza de Sallent y Panticosa.


Largas caminatas para no poner fin a la abstinencia forzada. "Si no se introducen un par de hembras a corto plazo, el oso que ha vivido desde siempre en el Pirineo occidental va a extinguirse", razona Gérard Caussimont, responsable del FIEP Grupo Oso Pirineos, organización conservacionista francesa que lucha desde hace años por la superviviencia del animal a lo largo de la cadena montañosa.


Porque la pérdida del oso en el Pirineo tendría unas consecuencias mayores que la ya de por sí trágica extinción. "Se trata de una especie 'paraguas', que resume las necesidades de todas las demás especies que viven en la montaña pirenaica. Si el oso vive en un territorio, se garantiza la calidad de la biodiversidad de éste. El oso es, además, un elemento clave del patrimonio cultural pirenaico", apunta el ecologista.


Varios miembros del FIEP Grupo Oso Pirineos se reunirán a finales de este mes con el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, al que le trasladarán la necesidad de soltar una pareja de hembras para que intimen con Cannellito y Neré. Una petición que también llegará al Gobierno navarro, otra de las partes implicadas.


La suelta, indica Caussimont, "puede ser un atractivo para el turismo de naturaleza, como en Asturias o Italia". "Si se ayuda a los ganaderos a tomar las medidas adecuadas, como ya se sabe hacer, el oso, que come insectos y plantas en un 90% de su dieta, en vez de ser un problema para la ganadería puede aportar ayudas específicas (europeas) que pueden beneficiar a este sector que tiene otros muchos problemas", añade.

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