El oso Aragón ya es todo un adolescente

Cinco años, miles de kilos de comida, un programa de integración a medida y algún que otro encontronazo con los jefes de la manada han hecho de Aragón, el osezno que la Guardia Civil rescató de un maletero en la Ronda Norte en 2010, un soberbio ejemplar. La forma en la que circulaba un BMW, conducido por unos ciudadanos rumanos, llevó a los agentes a darle el alto, pero su sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que ocultaban una cría de oso pardo de menos de 4 kilos enjaulada y al borde de la asfixia, tras 2.000 kilómetros de viaje. Aquel cachorro está hoy en plena adolescencia, pesa más de 200 kilos y pasa sus días en el parque de Cabárceno (Cantabria) donde, por fin, ha logrado integrarse en su clan.

Ahora, se cumplen cinco años del rescate (fue encontrado el 4 de junio de 2010), y Santiago Borragán, jefe de los servicios veterinarios de Cabárceno, reconoce que lograr que el animal se integrara no ha sido una tarea fácil."Aragón es un hermoso ejemplar, pero hasta el año pasado casi no bajaba a la pradera con los demás. Sus primeros meses en cautividad han marcado estos años, ya que él no se reconocía como oso y estaba muy asustado. Seguramente, pensaba que era un ser humano", explica Borragán.

La colonia osezna de este parque agrupa a unos 70 ejemplares. Los primeros años, Aragón –bautizado así por motivos obvios– no convivió con sus iguales. Se consideró que era lo mejor para que se adaptase a su nueva situación. Después, en mayo de 2012, recibió compañía. Sus cuidadores decidieron presentarle a Nuri, una osita un año menor que él que había sido capturada para curar una herida que le causaba una importante cojera. Al principio, los dos cachorros solo se veían a través de una valla. Poco a poco, aquella amistad fue a más y Nuri le enseñó a socializarse y a identificar a amigos y enemigos entre sus congéneres.

"El año pasado, Aragón ya estuvo listo para compartir espacio con todos los demás y lo soltamos. Como es habitual, los machos más grandes no le dejaban acercarse a las hembras y de vez en cuando le pegaban", explica el jefe de los servicios veterinarios."Aragón tendrá ahora el equivalente a unos 16 años y ya intenta cubrir a alguna hembra. Puede que lo haya conseguido, pero no lo sabemos", añade.

No obstante, su equipo sí que ha detectado que la gallardía del oso más aragonés del parque va en aumento."El año pasado no se atrevía a bajar a la pradera y ahora sí lo hace. Es travieso, como todos a esta edad, e intenta acercarse a las hembras, pero si alguno de los grandes va a por él, echa a correr enseguida para ponerse a salvo", dice Borragán.

Aragón es considerado un fantástico ejemplar, sobre todo por su tamaño, y puede que el año que viene empiece a plantar cara. En seis años, estará en la plenitud.

Este lustro ha servido también para que se haga justicia. El Fondo para la Protección de Animales Salvajes de Asturias ejerció la acusación particular y reclamó a los acusados –que defendían que el osezno era un regalo para la novia de uno de ellos y que les habían regalado al animal en una gasolinera– cuatro años de cárcel y los 9.031 euros que le costó a la DGA el mantenimiento del animal mientras estuvo a cargo del Seprona.

A principios de 2014, se juzgó a uno de los acusados (el otro no compareció) que aceptó los cargos a cambio de una rebaja de la pena. Se le impuso una sanción de 12.000 euros, que incluían la deuda con la DGA y otros 3.000 euros por tráfico ilegal de especie protegida.