Las entidades sociales reclaman más ayudas para proyectos de cooperación internacional
?Además de que se incrementen las partidas hasta el 0,7%, también exigen medidas adicionales como reformas fiscales, cambios en el comercio o una mayor implicación privada.
Otros países, sin embargo, ya se encontraban en una situación crítica mucho antes de 2008. Un panorama que ha empeorado drásticamente desde entonces debido al estancamiento de las ayudas en cooperación al desarrollo que se ha producido en los estados occidentales también en nombre de esa crisis.
Diversas entidades sociales llevan años reclamando que se cumpla el compromiso de destinar el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) de los países del primer mundo hacia los subdesarrollados. Un acuerdo que no se cumple y que además se ha visto aún más afectado desde que estalló la recesión. España destina actualmente un 0,16% de su PIB (en 2009 era un 0,46%) a estas ayudas, que son de competencia principalmente estatal, pero a las cuales pueden contribuir ayuntamientos, autonomías y otras instituciones.
De todas formas, algunas de las asociaciones implicadas en el tema han denunciado que la Reforma Local aprobada hace dos años "ha influido en que algunos municipios y comunidades autónomas hayan eliminado o reducido seriamente estas aportaciones, con el argumento de que el Gobierno central podía encargarse el solo de estos programas según la norma", señala Ricardo Álvarez, presidente de la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS).
En Aragón, por ejemplo, miembros de la FAS y de otras entidades han criticado en los últimos años los recortes que se han emprendido en estas cuantías. En 2010 se destinaron más de 10 millones de euros, mientras que desde 2012 la cifra no ha alcanzado los 3 millones. El pasado 16 de marzo, la FAS organizó un encuentro en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza para tratar este tema. Allí, los partidos que tienen representación en las Cortes de Aragón (además de UPyD) se comprometieron a firmar un pacto contra la pobreza.
El problema, según apuntó la diputada de Izquierda Unida Patricia Luquin, sería "para qué, cómo y con qué objetivos" se firmaría ese acuerdo y es en lo que ella consideró que las formaciones "discreparían". El pacto aún no se ha firmado, no obstante, las asociaciones implicadas darán tiempo al nuevo equipo del Pignatelli antes de volverle a exigir sus reivindicaciones. Unas peticiones que pasarían, además del tema económico, por cuestiones de "compromiso, sensibilización y concienciación". "Los políticos se llenan la boca con las ayudas al tercer mundo pero por otro lado permiten flujos de capitales que castigan a esos mismos países", sostiene Álvarez.
Medidas complementarias
La FAS también va más allá. "Además de la ayuda oficial, hay que conseguir un reparto equitativo de las cargas y los beneficios de la producción global. Así pues, deberían replantearse buena parte de los proteccionismos por parte de los países del norte y las dudosas reglas de comercio internacional, por más que se enmascaren argumentando que se han suprimido ciertos aranceles, pues se han establecido otros. Implantar unas reglas de comercio equitativo y de fiscalidad ajustadas es más importante que estas aportaciones", sostiene Álvarez.
Las ayudas en cooperación al desarrollo sirven a múltiples proyectos en los países más desfavorecidos. Los programas se dividen en tres grandes tipos: infraestructuras (agua, saneamientos, comunicaciones o vivienda), sanidad (medicinas y hospitales) y educación (colegios y material escolar). Desde las agrupaciones solidarias destacan que en los últimos años también se han implementado planes para la creación de tejido social en estas zonas. De esta forma, se han organizado cursos de formación, dejando que sean habitantes de esos países los que lleven el protagonismo, indicando a los cooperantes cuáles son sus principales necesidades.
La importancia de la fiscalidad
"Basta ya de excusas"
"El 1% de la población tiene la misma riqueza que el 99% restante. Una espiral que está ascendiendo de forma geométrica. Este aumento de la desigualdad va unido a la cooptación del poder político por parte del económico", afirma Mateu. "En España tenemos una deuda que supera el PIB y estamos destinando el 30% del presupuesto anual a pagar los intereses de la deuda en otros países. Los estados que sufrieron las crisis en las décadas de los 80 y los 90 solo empezaron a combatir la desigualdad cuando renegociaron la deuda", indica el vicepresidente de las ONGD.
Las entidades implicadas esperan que las ayudas en cooperación se incrementen de forma urgente en todas las instituciones del país, aunque insisten en que para combatir la desigualdad de forma eficiente serían necesarias una serie de medidas adicionales que impliquen a numerosos sectores.