El Ibex vive su mes más negro del año por las dudas sobre China y Grecia

El selectivo pierde un 10,3% en los últimos 30 días y entra en pérdidas anuales.

El Ibex vive su mes más negro del año por las dudas sobre China y Grecia
El Ibex vive su mes más negro del año por las dudas sobre China y Grecia

La bolsa atraviesa un mes de serias turbulencias que, de momento, ya se ha cobrado las ganancias acumuladas durante todo el año (-0,08%). Y es que las dudas sobre la economía china y el nuevo horizonte de incertidumbre en Grecia con nuevas elecciones en septiembre forman un cóctel que no sienta nada bien a los mercados.


De hecho, el Ibex cerró la segunda peor semana del año con un caída del 5,6% después de que en la sesión de ayer se dejase un 2,98%, el mayor descenso en una jornada desde la implantación del corralito en Grecia. Así, agosto ahonda en su leyenda negra como una fecha de tremenda volatilidad. Hace tres años llevó la prima de riesgo a los 600 puntos. Ahora, cuando todavía falta una semana para que concluya el mes, el Ibex ya ha perdido un 6% de su valor. El desplome es aún más desolador si se compara con hace un mes (21 de julio), que muestra un retroceso del 10,3%.


La jornada de ayer fue de mal en peor. Tras un inicio con pérdidas moderadas, el Ibex se contagió del pesimismo tras la apertura negativa de Wall Street y acabó por ceder 315,3 puntos y cerrar en los 10.271 enteros, el nivel más bajo desde enero. De hecho, todas las firmas, salvo Abengoa, terminaron en rojo. Destacaron los descensos de IAG (-4,3%) y Grifols (-4,2%), así como los retrocesos del Santander (-3,1%), el BBVA (-3,1%) o Inditex (-3,3%).


Las caídas del selectivo español estuvieron en línea con la de las principales plazas europeas. París se dejó un 3,2% y Fráncfort, un 2,9%. El índice Eurostoxx cayó un 2,9% y Londres, un 2,8%. Las dudas de los inversores también se trasladaron al mercado de deuda, aunque a menor escala. La prima de riesgo repuntó hasta los 144 puntos y el bono a diez años se situó en el 2,1%. El euro se cambió en 1,13 dólares.


Todas las miradas –y los miedos– de los inversores están puestas en China. A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Pekín, la convulsión en los mercados del país se mantiene. De nada ha servido que el Banco Popular de China inyectase esta semana 150.000 millones de yuanes (casi 21.000 millones de euros) mediante la compra de acciones y de anunciar que lo haría durante el tiempo que fuese necesario. La Bolsa de Shangái cayó ayer un 4,27% tras conocer el mal dato de actividad industrial -el más bajo en seis años y medio- y acumula unas pérdidas del 11,5% en los últimos siete días. La Bolsa de Shenzhen, la segunda en importancia, perdió hasta un 5,39%.


El miedo al estallido de la burbuja crediticia en China se agiganta. El Gobierno devaluó la moneda hasta alcanzar una depreciación del 4,6% frente al dólar en un intento de recuperar el impulso en el sector exterior (sus exportaciones cayeron más de 8% en julio en tasa anual). Este movimiento monetario puede provocar una guerra de divisas en otros países emergentes como puede ser Rusia o Indonesia. De momento, las dudas sobre Pekín han arrastrado a otros índices del continente asiático como Tokio, que registró una caída de un 3%.

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