"El arte es una profesión más, y una importante"

Sergio Muro. Artista plástico y visual.

Muro, en el Espacio Tránsito del Centro de Historias, donde tiene su residencia todo agosto.
Muro, en el Espacio Tránsito del Centro de Historias, donde tiene su residencia todo agosto.
asier alcorta

¿Qué pinta Sergio Muro en el Centro de Historias?
Varias cosas. Estoy en el ecuador de un proyecto de un mes en el Centro de Historias, en el que el espectador puede colaborar conmigo, igual que otros artistas.


Y ¿qué historias han sido su centro en estos días de interacción?

De todo. Y es muy enriquecedor. Han pasado turistas de Canadá, Francia, Italia... Y muchos niños, ávidos de poder crear, algo muy estimulante. En el fondo, todos necesitamos expresarnos.


¿Qué le han traído los espectadores para que pueda trabajar?

Una familia muy enrollada me trajo tres lienzos, pinceles y pintura acrílica. Y me han traído desde unas muletas y una máquina de escribir a libros, telas o zapatillas. Todo lo reutilizo en la instalación.


¿Cualquier soporte es bueno para empezar una obra?

Por supuesto. Yo creo que el objeto te sugiere la idea. Así es en la mayoría de mis ‘performances’.


Pero el arte ¿se puede improvisar?

Nada en la vida se improvisa, todos tenemos un bagaje y unas experiencias. Lo que sí tenemos es la capacidad de ser espontáneos y de tener ingenio o lucidez en un momento determinado.


En su actual residencia en Zaragoza se convierte en una pieza. ¿Es también un pieza?

Si pregunta por ahí, le dirán que en mi pasado estaba hecho un pieza. Pero de esas experiencias vitales se aprende. El otro día vi una de Woody Allen, y un joven le preguntaba a un adulto cuándo nos viene la consciencia. El otro le respondió que por agotamiento...


De pequeño, ¿era de los que pintarrajeaba las paredes de casa?

No en casa, pero sí en el colegio y el instituto. Era el niño híperactivo que se aburría y solo dibujaba.


¿Cuál fue la reacción a eso de ‘Mamá quiero ser artista’?

Hoy, mis padres son fieles seguidores. Cuando empecé, me preguntaban algo que me sigue preguntando gente: si se puede vivir del arte, cuando es algo natural, una profesión más y creo que una importante, porque los artistas ven las cosas bajo otra mirada.


¿Qué considera una obra de arte?

El arte está en uno mismo. Y, partiendo de esa base, una obra de arte tiene que trascender, que sugerir, que deleitar, que dar mensaje, que evocar, que transformar, que transgredir, que provocar...


Eso son un montón de cosas...

Pero, sin todos esos ingredientes, es un objeto de la inmobiliaria especulativa del mercado del arte.


Y ¿qué hay que hacer para conseguir exponer y vender también en el extranjero?

Afortunadamente, el gen maño de la constancia y la testarudez te hace creer en ti mismo, y eso lleva a que te valoren fuera. Y no solo exponiendo o moviéndote tú; yo hace diez años ya vendí obra ‘online’ en EE. UU. Las nuevas plataformas lo facilitan. En Instagram ves obras impresionantes.


Su actual propuesta se llama ‘Vacío/Espacio/Lleno’. ¿Cómo está el panorama cultural hoy? ¿Vacío, lleno o pasapalabra?


¡Nunca hay que pasar palabra, hay que ser comprometido! Todo es mejorable. La cultura no deja de ser también una politización y las instituciones deberían apostar por lo transgresor, por lo único, por miradas diferentes y más variadas.


Se define en su web como agitador cultural. ¿Qué disciplina debería agitarse más?

Creo que la pintura se ha quedado obsoleta y quizá habría que reinventarla. Otras disciplinas artísticas han evolucionado más, como la danza o las ‘performances’, que son más vivas, el artista se presenta delante del público.


Usted también es ‘runner’. ¿Cuándo le da por salir corriendo?

Me organizo para hacerlo cuando sea. Es para mí una necesidad vital. No puedo diferenciar mi vida de la artística ni de la del ‘runner’.

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