Vuelven a San Sebastián las corridas de toros con el respaldo a la fiesta de don Juan Carlos

"Es un activo de España que tenemos que apoyar", dice el rey emérito
Solo Ponce cortó una oreja en este primer festejo trasdos años de parón por decisión de Bildu.

Ponce brindó su primer toro al rey, a quien acompañaban la infanta Elena y sus hijos.
Ponce brindó su primer toro al rey, a quien acompañaban la infanta Elena y sus hijos.
juan herrero/efe

Las corridas de toros volvieron ayer a San Sebastián, tras dos años sin feria, entre la satisfacción de los aficionados y la controversia entre partidos ante un asunto que en la ciudad arrastra fuertes connotaciones políticas. Don Juan Carlos acudió al coso de Illumbe y apoyó expresamente la tauromaquia como un activo del país.


?Bildu, que gobernó la capital guipuzcoana hasta las pasadas elecciones municipales, encontró hace dos años el camino para acabar con las corridas de toros al aprobar unos pliegos administrativos para el alquiler de la plaza de Illumbe en verano que impedían la celebración de actividades que supusieran "cualquier forma de maltrato animal". El nuevo equipo de gobierno de PNV y PSE ha revertido rápidamente la situación, lo que concitó inmediatamente el rechazo de las organizaciones antitaurinas, pero no así de los aficionados a la fiesta o de los hosteleros de la ciudad, que ven en las corridas un reclamo turístico para la capital guipuzcoana, que celebra estos días su Semana Grande.

Con la infanta Elena y sus hijos

La tarde de ayer se vivió con normalidad dentro de la plaza. Una fuerte ovación para acompañar el primer paseíllo tras la recuperación de las corridas fue la única concesión a la euforia que se hizo la afición donostiarra, que encontró el respaldo del rey emérito Juan Carlos. Este, acompañado por su hija la infanta Elena y sus nietos Froilán y Victoria Federica, dijo en declaraciones a Televisión Española (que retransmitió el festejo): "Apoyamos siempre la fiesta nacional. Es un activo de España que tenemos que apoyar". También la infanta Elena declaró que la tauromaquia "cuenta con todo mi apoyo" y que espera regresar en futuras ocasiones a San Sebastián "a ver toros en esta plaza tan maravillosa", expresó.


El coso de Illumbe registró dos tercios de su aforo cubiertos, unos 6.000 espectadores. Sobre la arena, la tarde no tuvo un particular brillo. Enrique Ponce cortó la única oreja al mejor toro de la justa corrida de Torrestrella, un astado con idéntica movilidad que varios de sus hermanos solo que con mayor entrega y profundidad en sus embestidas. El veterano torero valenciano, que se había mostrado pulcro y técnico con un primero de clase pero muy medido de fuerzas, no acabó de cogerle el temple a este otro, en una faena vistosa y larga, pero también ligera y de escaso aplomo, que se premió, por tanto, con la generosidad de una tarde de celebraciones.


El segundo de la corrida estuvo a punto de herir en dos ocasiones a José María Manzanares, que apostó con mayor entrega de lo habitual ante sus emotivas y no siempre claras embestidas. El diestro alicantino, vestido aún de luto por la muerte de su padre, fue quien mató el primer toro que salió a este ruedo, e hizo un notable esfuerzo para estar a la altura de la efeméride, aunque no obtuvo recompensa tangible ni con este ni con su afligido segundo.


Alberto López Simón, que sustituía al anunciado Paquirri, hizo un alarde de entrega de principio a fin para aprovechar la gran ocasión de destacar junto a las figuras y ante las cámaras de TVE. Pero el madrileño se encontró con dos toros que acabaron rajándose y huyendo del auténtico acoso al que los sometió el decidido diestro, que luego perdió algún que otro trofeo por no matar a la primera a ninguno de los dos.

Protestas en la calle

Antes de la corrida y durante su celebración, se realizó fuera de la plaza una concentración en la que se cruzaron las consignas antitaurinas y antimonárquicas. En la protesta, convocada por la Asociación Republicana de San Sebastián, participaron unas 200 personas, entre ellas concejales de Irabazi y Bildu y junteros de esta última formación, contrarios a la vuelta de los toros tras dos años sin festejos.


Los participantes portaban ikurriñas y banderas republicanas, además de algún cartel con fotos de toros ensangrentados y uno con el logotipo de la Capitalidad Europea de la Cultura 2016 en el que se leía "Donostia, capital de la tortura".

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