Tráfico instalará el segundo radar de tramo de Aragón en la carretera del aeropuerto
La DGT adaptará 30 velocímetros fijos de todo el país a esta tecnología,y el de la N-125 será uno de ellos. El proyecto está ya en marcha, pero no hay fecha para que empiece a funcionar.
Durante su reciente visita a la capital aragonesa para inaugurar el centro de gestión de tráfico Pirineos-Valle del Ebro, la directora de la DGT, María Seguí, desveló que existe un plan para sustituir una treintena de velocímetros fijos de todo el país por radares de tramo. Aunque no detalló en qué carreteras se iba a llevar a cabo la anunciada renovación, fuentes consultadas por este periódico han confirmado que en la lista se incluye el tramo zaragozano de la N-125.
Actualmente, en la carretera de Garrapinillos existe un punto de control de velocidad en el kilómetro 5,7, justo a la altura del centro de exámenes de la Jefatura Provincial de Tráfico. La mayoría de los usuarios saben de su ubicación y levantan el pie del acelerador al llegar allí, pero la velocidad a la que se circula por el resto de la carretera sigue siendo alta, ya que esta cuenta con largas rectas.El futuro radar de tramo contribuirá a aminorar estos excesos, ya que mediante esta tecnología se controla la velocidad de los vehículos no en un punto concreto sino a lo largo de varios kilómetros.
Aunque todavía no se conocen los plazos de ejecución de los trabajos ni la fecha en que el nuevo radar estará en funcionamiento, parece que el proyecto avanza a buen ritmo y que a finales de año podría ser una realidad. Para poder calcular la velocidad media de los conductores, será necesario colocar dos pórticos uno de entrada y otro de salida sobre la calzada con sus correspondientes cámaras y aparatos de medición. El sistema informático detecta la entrada de los vehículos en el tramo y capta la matrícula. Cuando este mismo usuario atraviesa el segundo pórtico, las cámaras graban la salida. A partir de ese momento, una simple operación matemática (velocidad igual a espacio dividido por el tiempo) permite saber si el conductor ha superado o no el límite. Y, en caso de hacerlo, automáticamente se procesa una fotografía que se remite por fibra óptica al centro de gestión de multas de tráfico de León. En cuestión de días, el infractor recibirá la notificación en su domicilio.
En el caso de Aragón, son un total de 51 los aparatos repartidos por las tres provincias. La conflictiva N-232 (carretera de Logroño o Castellón, según el tramo) es la que más radares acapara, con un total de nueve. Le siguen, por número, la autovía de Madrid (A-2), con seis; la carretera de Barcelona (N-II), con cinco; la carretera de Valencia (N-330), con otros cinco; y la carretera de las Cinco Villas (A-127), con tres. El resto se reparten por toda la red autonómica.