Mueren un pastor en Graus y un montañero en Tella por la crecida de dos barrancos

El ganadero fue hallado horas después de la tormenta y el francés, ayer por la mañana en el río Yaga.

Especialistas de la Guardia Civil inspeccionan el cauce del Yaga desde el helicóptero.
Especialistas de la Guardia Civil inspeccionan el cauce del Yaga desde el helicóptero.
guardia civil

Dos hombres han fallecido en el Pirineo arrastrados por la crecida de sendos barrancos debido a las fuertes tormentas de la tarde del viernes. Un pastor de 83 años, Joaquín Pabán Ariño, murió en Graus cuando regresaba a la paridera con las ovejas la tarde del viernes. Por otro lado, un francés de 40 años, que descendía el barranco de Miraval en el curso del río Yaga –municipio sobrarbense de Tella-Sin– fue evacuado ayer sin vida por los especialistas de rescate de la Guardia Civil. Las tareas de búsqueda se iniciaron el viernes, tras su desaparición a las 15.30, y concluyeron a las 16.00 de ayer después de localizarlo en el fondo de la estrecha garganta.


El pastor fallecido se vio sorprendido por la tormenta, que provocó cuantiosos daños en Ribagorza y que inundó su capital a partir de las 17.00. Su familia explicaba ayer que salió a buscarlo, pero al encontrar el rebaño, que volvió solo al redil con los perros, dieron el aviso a las 19.15 y su cadáver fue localizado a las 23.30.


La crecida del barranco de Margualas, situado entre Benavente de Aragón y Bellestar, a escasos kilómetros de Graus, se llevó por delante a Joaquín Pabán Ariño la tarde del viernes cuando, al parecer, intentaba cruzarlo. Primero encontraron el morral, a unos 400 del cauce, y más tarde hallaron su cadáver en una zona anegada por la lluvia, según indicaron fuentes de la Guardia Civil.


Joaquín Pabán Ariño vivía en el pequeño núcleo de Colloliva, perteneciente a Graus, aunque nació en 1932 en Bacamorta (Merli), también en Ribagorza. Desde hace al menos 50 años residía en la casa de la familia para la que trabajó de pastor. Por ello, fue el dueño de la misma el que salió en su búsqueda en cuanto pasó la intensidad de la tormenta y pudo sacar el coche, pensando que se habría refugiado en algún lugar. "Y así debió de ser, pero después, al intentar cruzar el barranco, sospechamos que igual se resbaló y se cayó", piensa María Jesús Costa, la dueña de la casa en la que el fallecido ha vivido casi toda su vida.


El marido de María Jesús, que salió a buscarlo, se temió lo peor cuando comprobó que el rebaño había vuelto con los perros a la paridera, pero que el corral estaba sin cerrar. La presencia de los canes junto a las ovejas también les hizo presagiar un mal desenlace, porque por su comportamiento acostumbran a quedarse junto al dueño. El hijo de ambos también comenzó a buscar en el entorno, donde se formaron varias pozas que habitualmente no existen y, como no estaba, tomaron la decisión de avisar al teléfono de emergencias 112. "Normalmente no baja casi agua por el barranco pero hay muchas pozas y ahora, al llover, se han llenado y hay mucha maleza", comentó Costa. También pensaron que podría haberse ido por otro lado al ver la crecida. "No sé si se encontró con mucha agua... Es que no lo sabemos, pero por lo que sea cayó en el río y lo arrastró", puntualizó. "Igual cuando llegó allí mi marido no hacía ni un cuarto de hora que le había pasado, pero claro, inicialmente intentas cerciorarte de que no se ha cobijado en otro lugar", añadió.


Con todo, al no localizarlo avisaron de inmediato (a las 19.15) a la Guardia Civil. En su búsqueda salió el grupo de montaña de Benasque y la patrulla ciudadana de Graus. "Fuimos enseguida porque al ver que no lo encontrábamos, ya le dije a mi marido de avisar a 112 para no esperar más. Es como un presentimiento que tienes de que ha pasado algo", indico Costa.


María Jesús Costa agradeció ayer la labor de los miembros de la Benemérita, que buscaron sin descanso hasta localizar el cuerpo sin vida a las 23.30, por lo que valora que dadas las circunstancias se trabajó con mucha profesionalidad. "Para nosotros no era el pastor, porque ahora más que eso, uno más de la familia", relataba ayer apesadumbrada tras el suceso. De hecho, comentaba que su madre, que también reside en la casa, lo cuidó de niño porque la relación familiar es de siempre. Además, Joaquín tiene tres hermanos, pero ellos se consideran su familia.


El levantamiento del cadáver se produjo a la 1.00 y fue trasladado a Monzón para practicarle la autopsia, aunque a última hora de ayer desconocían los resultados. Por la tarde, fue trasladado al tanatorio de Graus, donde numerosos vecinos y amigos pasaron a despedirlo. El funeral se celebrará hoy a las 12.00 en la iglesia parroquial de Graus.

El montañero francés

Por otro lado, la Guardia Civil localizó a las 16.00 de ayer en el fondo del inicio del barranco de Miraval el cuerpo sin vida del barranquista francés –N. H., nacido en 1975–, desaparecido desde las 15.30 del viernes. El deportista inició el descenso de esta conocida garganta del río Yaga –afluente del Cinca– con otro compañero, que resultó ileso. Cuando se percataron de la subida del nivel del agua, decidieron alojarse a una piedra a la espera de que se bajara el nivel pero, en lugar de hacerlo, una repentina crecida lo arrastó al cauce.


Fue su compañero, también de origen francés, quien dio el aviso a los servicios de emergencia. Tras recibirlo, el Grupo de Rescate e Intervención (Greim) de Boltaña inició las tareas de búsqueda con el apoyo del helicóptero con sede en Benasque. Estas tuvieron que suspenderse a las 20.00 del viernes por el peligro que entrañaba la zona para el trabajo de los especialistas. A primera hora de ayer, se retomaron las labores que concluyeron con el rescate del cádaver. Fue necesaria para la evaciación la intervención del helicóptero con sede en Huesca, porque dispone de un clulo de grúa.

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