En esta zona de acampada, donde en estos momentos pasan sus vacaciones 180 niños con edades comprendidas entre 5 y 10 años, los bomberos suministraron el domingo 36.000 litros de agua que sirvieron para llenar su depósito. La disminución de caudales del manantial del que se alimenta el campamento unida al aumento del ritmo del consumo de los últimos días han impedido que el agua entrase con la velocidad suficiente al tanque, según explicó la alcaldesa, Rosa Sánchez.

La primera edil quiso destacar que el campamento no ha quedado en ningún momento desabastecido, y agregó que en caso de que persistan los problemas en estas instalaciones de propiedad municipal, se optaría por suministrar al depósito de la zona de acampada directamente con la red del núcleo urbano. El campamento, situado a 5 kilómetros del pueblo, en pleno corazón del bosque, es una infraestructura muy valorada, sobre todo, por el público valenciano. Este año tendrá ocupación hasta mediados de agosto.

La alcaldesa consideró "excepcional" la climatología registrada en las últimas semanas en la Sierra de Albarracín, y agregó que hacía tiempo que no se daba una situación de sequía tan alarmante. "Ha habido noches en las que la temperatura no ha bajado de 20 grados, algo insólito en esta zona", explicaba.

Pese a la falta de lluvias y al súbito aumento de temperaturas, lo que ha favorecido el disparo del consumo de agua, el parque de bomberos de la Diputación de Teruel está realizando menos operaciones que en otras campañas en lo que va de año, según explicaron fuentes del organismo provincial. Además del campamento, en estos momentos tan solo precisan del suministro de los bomberos Escucha y su barrio pedáneo Valdeconejos. A este último desplazan entre 70.000 y 80.000 litros semanales.