El Museo de la Magia abrirá finalmente en el mes de septiembre. Planteado como un proyecto cultural ahijado de El Sótano Mágico, sala abierta hace unos meses en el corazón del barrio zaragozano del Gancho (San Pablo, 43), ya empieza a cobrar forma bajo ella. Pepín Banzo y Pepe Lirrojo (José Fernández Molina) han comenzado los trabajos de acondicionamiento del espacio. Mientras se trabaja en la eliminación de la humedad de la antigua bodega del edificio, las estanterías y vitrinas empiezan a poblar su superficie.

"La idea de crear el museo nos surgió hace ahora cuatro años –relata Pepín Banzo–, cuando estábamos trabajando en un libro, que aún está en fase de redacción, sobre los magos aragoneses. Queríamos conocer la historia ‘mágica’ de Aragón, la de sus profesionales".

"Y nos llevamos la grata sorpresa de que Aragón ha dado grandes magos –añade Pepe Lirrojo–. Desde José Florences a Peter Diz, pasando por Rahma Khan. Muchos de ellos han tenido grandes éxitos internacionales. Hablando con ellos, o con sus familiares, en busca de fotografías y de datos, nos fueron entregando artilugios y útiles hasta que al final vimos que había que montar el museo. No fue algo pensado, sino que una cosa fue llevando a la otra".

Pasados unos meses desde la apertura del local, Banzo y Lirrojo han empezado a dar forma a su proyecto. En su ayuda ha llegado una subvención municipal de 5.000 euros, con la que el nuevo museo iniciará su andadura.

En los últimos años han logrado reunir infinidad de artilugios, tanto de nueva creación como de figuras históricas de la profesión. Otros magos veteranos apoyan la iniciativa y han mostrado interés en cooperar con ella. Incluso Juan Tamariz llamó a Pepín Banzo interesándose por el proyecto.

"Francisco Duaso, de nombre artístico Fran Duval, que fue presidente de la Asociación Mágica Aragonesa durante doce años, tiene piezas muy curiosas, de artistas como Numa o Carpi, y estaría dispuesto a prestar algunas para que se mostraran aquí. Otro nombre clave en el proyecto es Enrique Arellano, Rahma Khan, que prácticamente tiene un museo en su propia casa, aun sin pretenderlo, y que también se ha mostrado dispuesto a prestar algunas piezas. No queremos que el contenido sea estable, sino que aspiramos a irlo renovando de tiempo en tiempo para hacer las visitas más atractivas".

El museo en las bodegas de El Sótano Mágico tendrá más de 100 metros cuadrados y del diseño y del decorado y atrezzo interior se va a ocupar Ana Nicolás, del equipo de ‘Oregón TV’.

"Se articulará en varias secciones –apunta Lirrojo–, porque queremos ofrecer un panorama bastante completo de las distintas modalidades de la magia. Habrá espacios específicos dedicados a la magia cómica, la cartomagia, la numismagia, el faquirismo, el mentalismo, las grandes ilusiones... Y en cada una de las vitrinas o espacios mostraremos fotografías u objetos personales de los aragoneses que han destacado en esas disciplinas". Será en la medida de lo posible porque, reconoce Banzo, "hay magos de los que nos gustaría tener cosas pero no ha sido posible encontrarlas, bien porque no se han conservado o porque se perdieron años atrás".

Los promotores de la iniciativa han recopilado también grabaciones de actuaciones de profesionales aragoneses como Numa o Javier Antón. Tienen, por ejemplo, un vídeo de Rayers Sam haciendo su famoso número de conducir a ciegas una motocicleta (en 1967 hizo así el Camino de Santiago). El museo es ‘cinematográfico’ incluso antes de inaugurarse, ya que en su interior se rodaron un par de escenas de la película ‘Bendita calamidad’, de Gaizka Urresti.

"El material que se va a exponer es muy interesante en sí mismo –aseguran–, pero creemos que es muy importante elaborar un programa de visitas guiadas. En ello estamos trabajando. La idea es que el visitante sepa qué se hacía con cada objeto que se muestra al público".

Todo, lógicamente, sin revelar el truco. De momento no se ha definido aún el programa de visitas guiadas, ni aun el horario ni el precio de las entradas. Habrá, también, una pequeña biblioteca de libros de magia. Y se estudia además la posibilidad de impartir cursos, talleres y clases.

"Creemos que va a ser algo que seguramente nos va a demandar el público". Aunque, de momento, lo fundamental es abrir y estar en funcionamiento ya para las fiestas del Pilar.