Muere Javier Krahe, antijuglar y azote de biempensantes
El satírico y mordaz cantautor falleció ayer de madrugada, a los 71 años, víctima de un infarto, en su casa de Zahara de los Atunes. Irreverente agitador de conciencias, deja una quincena de discos con 150 canciones.
El pasado 30 de marzo había cumplido 71 años este ácrata culto, cáustico y jocoso, portentoso ajedrecista, brillante conversador y fidelísimo amigo de sus amigos. Sus restos serán incinerados mañana en el tanatorio de la M-30 de Madrid.
Como Nicanor Parra encarnó la antipoesía, ha sido Krahe un genuino antijuglar. Al contrario de los trovadores que a cambio de dádivas y monedas recitaban versos complacientes para reyes y magnates, Krahe ofrecía dentelladas y puñetazos que cantaba con las envenenadas rimas que regalaba a su público a cambio de afecto y empatía. Tenía muy claro que donde hay dinero, "en el mercado, no se lleva lo que yo hago". Comercializó, con todo, un buen puñado de discos con cerca de 150 canciones con las que confirmó su decidida voluntad de mosca cojonera, dispuesto siempre a cantar verdades incómodas con ritmos pegadizos con una voz grave, áspera pero cálida y más que singular.
Controvertido, ácido y deliberadamente polémico, se definía a sí mismo como un "fuera de la grey". Quiso ser el George Brassens español y se labró una carrera sostenida pero con altibajos, huyendo del primerísimo plano y en la que la sátira y la provocación fueron una marca y una carga. Compañero de fatigas de Joaquín Sabina en los tiempos de La Mandrágora, en los primeros ochenta, grabó una quincena de discos.
Javier Krahe de Salas había nacido en Madrid, el 30 de marzo de 1944, en el céntrico y acomodado barrio de Salamanca. Estudió en el Colegio del Pilar, el mismo que Aznar y tantos y tantos líderes, dirigentes y empresarios en las antípodas de su forma de ser y de pensar. Comenzó luego estudios de Ciencias Empresariales que abandonaría para fracasar en el cine como ayudante de dirección.
Tras establecer relación sentimental mientras hacía la mili con Annick, la canadiense que se convertiría en su esposa, se trasladó a Canadá, donde iniciaría una incierta carrera como letrista mientras trabajaba en una librería de donde le echaron por prestar más atención a la lectura que a las ventas y los clientes. Sus modelos eran Leonard Cohen y Georges Brassens, de quien tradujo y adaptó canciones Su Marieta es memorable. Su hermano puso música a sus primeras letras, unos temas que interpretaron también colegas y pioneros en la canción protesta como Rosa León.
De vuelta a España en 1972, sería otro inadaptado y más que crítico con el sistema y sus manejos, Chicho Sánchez Ferlosio, quien le animaría a actuar en locales como La Aurora, en el madrileño barrio de Malasaña, donde se cocinaba la Movida y donde se asoció a Joaquín Sabina y Alberto Pérez. El heterogéneo trío grabó en 1981 un disco legendario, La Mandrágora, con el nombre del local donde se forjó la leyenda de Sabina.
En 1986, TVE censuró su canción Cuervo ingenuo, en la que satirizaba la ambigüedad ideológica del PSOE ante la entrada en la OTAN. En 1988 llegó Elígeme, un directo en la homónima sala madrileña con temas como La hoguera, ¡Olé tus tetas! y Villatripas. Funda por entonces la discográfica independiente 18 Chulos junto a Pepín Tre, Santiago Segura, el Gran Wyoming, Faemino y Pablo Carbonell, y con ella edita discos como Dolor de garganta, Cábalas y cicatrices, Cinturón negro de karaoke, Querencias y extravíos, Toser y cantar, En el Café Central de Madrid y Todo es vanidad. Cierra su discografía con Sacrificio de dama, Versos de tornillo y Las diez de últimas.
Durante una década debió afrontar denuncias y diatribas por una polémica iniciada en 2004, cuando en un programa de Canal Plus se emitieron imágenes de un documental sobre su vida en el que se incluía un vídeo con una receta para cocinar un crucifijo.
Una de sus últimas y sonadas actuaciones fue el año pasado, cuando cantó junto al líder de Podemos, Pablo Iglesias, su famoso Cuervo ingenuo. En 1989 fue candidato al Congreso en la lista Grupos Radicales por Madrid antiprohibicionistas sobre droga.