Los protagonistas del acto más multitudinario velan armas al pie del Torico
Dos peñistas de Nos An Soltao desatarán la euforia de los vaquilleros al colocar el pañuelo a la emblemática estatua.
Los dos peñistas se subirán a la columna sobre la que reposa la estatua que simboliza a la ciudad, tal como han ensayado, aupados por medio centenar de compañeros de Nos An Soltao. Reconocieron que, a medida que se acerca el momento crucial, "la responsabilidad pesa más y crece el nerviosismo". Eduardo Suárez considera inevitable la tensión porque "uno no se sube todos los días al Torico y se convierte en el centro de atención de todas las miradas". Nos An Soltao, una de las últimas peñas en formarse, solo asumió esta función en una ocasión, en 2004, y tardará dos décadas en volver a subirse al Torico.
Mañana habrá muchos ojos puestos en Eduardo Suárez y Carlos Pérez, dos veteranos de la peña que se toman el protagonismo del acto del Pañuelico como una recompensa a toda una trayectoria peñista. Suárez fue uno de los fundadores de Nos An Soltao, hace 21 años, y Pérez acumula 17 años de experiencia en esta asociación vaquillera.
La elección de los dos miembros de Nos An Soltao encargados de poner el pañuelo rojo al Torico en anteriores ocasiones la colocación del pañuelo la asumió una sola persona se tomó en la junta directiva. Reconocen que se trata de un papel muy cotizado entre los peñistas. Eduardo se mostró "satisfecho" por partida doble: porque dará el pistoletazo de salida a La Vaquilla y porque ha sido elegido para ello por sus propios compañeros de peña. Carlos nota la "presión" de la calle ante la proximidad de momento de gloria y reconoce que algunos peñistas serían felices si les cediera su lugar, una opción que no se le pasa por la cabeza
Aunque no tan multitudinaria, sí que resulta igual de emotiva la ceremonia inversa al Pañuelico, cuando se retira el pañuelo del Torico y, simbólicamente, se da por terminada la fiesta. El próximo lunes, día 13, Javier Lahuerta y Gabriel Tomás, también de Nos An Soltao, serán los encargados de subir a la escultura del astado para retirar el distintivo de fiesta. Javier advierte de que no considera su función "un premio de consolación, ni mucho menos". Señala que para muchos turolenses es incluso "más emocionante" el momento de quitar el pañuelo que el de ponerlo. Durante unos instantes, "se recuerdan los tres intensos días vividos".
Los dos peñistas se muestran ilusionados con el momento que compartirán en la medianoche del 13 de julio. Colaborar en esta tarea festiva es una forma de disfrutar del momento sin protagonismos porque, como dice Gabriel, "lo importante es el acto que se celebra no quienes lo protagonizan".
Gabriel Tomás explica que para los miembros de la junta directiva de la peña, como es su caso, y el de Javier, quitar el pañuelo será el colofón de un año de intenso trabajo para que la fiesta salga bien. Como vaquillero, se plantea el momento como una oportunidad de cerrar "los tres mejores días del año, a la vez que empieza la espera para La Vaquilla de 2016".
