Muguruza sueña en grande en Wimbledon

La hispanovenezolana se clasifica para su primera semifinal de ‘grand slam’ al vencer a la suiza Bacsinzsky.

Garbiñe Muguruza celebra su victoria ayer ante la suiza Timea Bacsinsky.
Garbiñe Muguruza celebra su victoria ayer ante la suiza Timea Bacsinsky.
SEAN DEMPSEY/eFE

Fue un revés paralelo pegado con el alma. Incontestable. Un tiro preciso, demoledor y efectivo, el último de un partido en el que Garbiñe Muguruza se consagró. Así es ella: agresiva hasta el último punto, un torbellino dentro de la pista, un soplo de aire fresco en el tenis mundial y, sobre todo, en el español, necesitado de estrellas y referentes. Wimbledon ha sido su confirmación. En la hierba londinense ha terminado de explotar una tenista con madera de campeona.


"Es asombroso, estoy muy contenta, fue un partido muy duro. Es muy difícil lograr algo así y estoy muy orgullosa", confesó muy sonriente al final del partido. Con esa sonrisa de oreja a oreja que le caracteriza, como terminó el encuentro, como encara cada partido, una felicidad en la pista que le ha llevado a sus 21 años a su primera semifinal de un ‘grande’ gracias a un partido impecable ante la suiza Baczinsky, a la que derrotó por 7-5 y 6-3.


Después de eliminar a Serena Williams el año pasado, el tenis femenino español cuenta ahora con una semifinalista en un torneo de ‘grand slam’ quince años después básicamente porque Muguruza está hecha para ganar partidos grandes y porque los domina. La sensación ante la suiza fue de control constante de la hispanovenezolana. De hecho, en el primer set, cuando se jugaban las habichuelas, cuando la manga marchaba 6-5 a su favor, Garbiñe subió una marcha, lo justo para incomodar a su rival, romperle el servicio y cerrar el parcial.


Más regular que otros días, Muguruza se repuso bien en el segundo acto del ‘break’ inicial de la suiza, el único del partido, con una rotura conseguida inmediatamente después. Con un servicio diseñado para dominar en superficies rápidas y la agresividad que le da buscar constantemente la red –ganó 14 de sus 22 subidas–, la hispanovenezlona empezó a madurar el partido.


No quería sustos. Quería seleccionar su oportunidad y tirarse a por ella. Y llegó. Fue en el octavo juego del segundo set. Curiosamente lo sentenció con el mismo guión que cerró el partido: con un revés, en este caso cruzado, que le ponía a las puertas de una victoria histórica. Después, con su saque no perdonaría. Con soltura, nada de temblores de mano, nada de hacerse pequeña antes de ganar, cerraba un partido una tenista llamada a hacer cosas importantes en este deporte.


Ya lo dijo Conchita Martínez, que la conoce bien como capitana suya de la Copa Federación, en su presentación como capitana de la Davis: "Pienso que Garbiñe tiene un juego perfecto para hacerlo bien en hierba". Vaya si lo está haciendo. Tiene la convicción necesaria para subir aun más el listón en la hierba de Wimbledon. "Estoy orgullosa pero era muy joven cuando Arantxa llegó a ‘semis’ por última vez", reconoció sonriente Muguruza, que está a las puertas de hacer historia en el tenis mundial como hiciesen Arantxa Sánchez-Vicario o Conchita Martínez. Va por buen camino.


Y se lo toma con calma y prudencia, sin pensar, dice "en hacer historia". "Estoy muy feliz, pero el próximo encuentro (contra la ganadora del duelo entre la polaca Agnieszka Radwanska y la estadounidense Madison Keys) es un partido más. Haré lo mismo que siempre, esa es la mejor forma de afrontarlo", explicó.

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