El agua de La Fresneda vuelve a ser no potable por exceso de nitratos

El suministro se reanudó el día 19, pero ante un repunte del contaminante el Ayuntamiento ha decidido vigilar el vertido de purín.

El agua de La Fresneda ha vuelto a registrar niveles de nitratos superiores a los permitidos para el consumo humano, por lo que el Consistorio, que celebró ayer un pleno extraordinario para abordar el asunto, prohibió a los vecinos beber agua del grifo hasta nueva orden. Los concejales se reunieron con la población a las seis de la tarde para trasladar "tranquilidad" y "calma" así como para informar sobre los niveles alcanzados en los últimos días, que oscilan entre los 49 y los 52 miligramos de nitratos por litro, cuando el máximo permitido es de 50.


El Ayuntamiento acordó crear una comisión especial formada por un representante de cada partido –PP, PAR y PSOE– y dos técnicos municipales para vigilar el vertido de purines –posible causante del aumento del nivel de nitratos en el municipio– con el objetivo de evitar nuevos episodios de contaminación.


La preocupación en la localidad es palpable ya que es la segunda vez en menos de un mes que el Ayuntamiento prohibe beber agua del grifo por el elevado contenido de nitratos. El pasado 10 de junio, un análisis reveló que el nivel ascendía hasta 65 miligramos por litro. Los vecinos estuvieron 10 días bebiendo agua embotellada que el Ayuntamiento subvencionó con 0,50 euros por cada garrafa de 5 litros por persona cada dos días.


El Consistorio optó por abonar las botellas y no recurrir a los depósitos de los bomberos puesto que no se llegó a cortar el suministro y el agua del grifo sí se podía destinar a otros usos, algo que también está ocurriendo ahora. Tras el nuevo repunte de la contaminación, el Consistorio suspende la ayuda para comprar agua envasada al considerar que solución del problema puede demorarse.


Para evitar que la situación se repitiera, la corporación municipal acordó acelerar el proceso para la adquisición de dos bombas para poner en marcha un nuevo pozo, cuya toma tiene 24 metros de profundidad frente a los cinco del que se emplea antes. También se realizaron pequeñas modificaciones en la captación del río Matarraña, cuyos análisis no mostraban apenas nitratos, para que entrara más agua al pozo. Sin embargo, estas medidas no han servido para resolver el problema.


Con respecto a las causas que provocan que el agua sea declarada no potable, la hipótesis que cobra más fuerza es que la contaminación haya sido producida por el vertido de purines de las granjas de porcino de la comarca, que es zona vulnerable a los nitratos. En el municipio de La Portellada, a seis kilómetros de La Fresneda, ya llevan tres años sin poder consumir agua del grifo a causa del excesivo nivel de nitratos.

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