Ello supondría, como reconoce Sergio Llull, poner "el broche de oro" a la mejor campaña de la historia del club más laureado de Europa. El Real Madrid tiene la posibilidad de proclamarse ya campeón de Liga en cancha azulgrana, donde el Barça necesita ganar para mantener viva la hasta ahora desequilibrada lucha por el título y disputar el viernes un cuarto partido, también ante su afición.

El Barcelona, muy cerca ya de despedir la temporada sin ningún título, se agarra al Palau para recortar distancias en la final, pero el Madrid no quiere esperar más para cantar el alirón, y para ello se ha conjurado para mantener "la misma mentalidad y concentración que el primer día", tal y como ha reclamado el entrenador blanco, Pablo Laso, a sus jugadores.

"Una serie no está acabada hasta que consigues el tercer punto, y ahora sólo tenemos un 2-0", advierte el técnico vitoriano, que no quiere ningún tipo de relajación en su equipo, consciente de que "el Barcelona tiene jugadores de muchísimo talento y potencial y es obligatorio "hacer un muy buen partido para ganar en el Palau".

Las únicas preocupaciones del Real Madrid son el estado físico de Rudy Fernández, con una contractura en la espalda, y Gustavo Ayón, con problemas en la fascia plantar del pie izquierdo, pero mayor es la del Barça, como consecuencia del pinchazo, también en la fascia de su pie derecho, que sufrió Juan Carlos Navarro durante el primer encuentro en el Palacio (78-72) y que le dejó fuera del segundo (100-80).

"Nadie puede reemplazar a Navarro. Tiene un estatus especial. Juanqui es parte importante del equipo, y si no juega, otros tendrán que dar un paso adelante y hacer algo más. Somos 13 jugadores", reconoció el sábado el jugador esloveno del Barça Bostjan Nachar. Sin embargo, el domingo, sin su gran estrella, el Barça fue arrollado por un Real Madrid que volvió a sacar a relucir su espíritu de equipo y su garra y dejó sentenciado al eterno rival en el primer cuarto (31-10), con Sergio Llull imparable, gracias a sus cinco triples de cinco intentos.

Precisamente, Llull se ha convertido en uno de los grandes protagonistas de esta final y, no sólo por sus actuaciones en la pista, sino porque el futuro del base-escolta menorquín ya está ligado a la NBA, concretamente a los Rockets de Houston, y esta semana, salvo sorpresa mayúscula, será la última que vista la camiseta del Real Madrid.

Sin embargo, el Real Madrid quiere alejarse del ‘caso Llull’ para centrarse únicamente en la batalla por el cuarto título del curso. "Bastante tengo con el final de Liga como para pensar en cosas que vendrán más tarde, con Lull o con cualquier otro jugador", apuntó este martes Pablo Laso. "Hay muchos rumores por ahí que incluso me sorprenden a mí. Estoy centrado, igual que mis compañeros y entrenadores, en intentar ganar y no dejar que el Barça se levante. Houston tiene mis derechos, y ya está", zanjó Llull.