Pacto inminente

PSOE y Podemos apuran las negociaciones para la investidura de Lambán como presidente. A expensas de resolver el modelo de televisión, ambos partidos confían en sellar el acuerdo la próxima semana e incorporar al resto de la izquierda para llegar a tiempo de parar la Lomce.

Pacto inminente
Pacto inminente

Frente a frente, pero condenados a entenderse. Socialistas y podemistas saben que no tienen otra salida, dada la endiablada aritmética resultante del 24-M, que no pase por un acuerdo de investidura para llevar al Pignatelli las políticas de izquierdas que ambos defienden. Y más allá de los órdagos habituales, de la sobreactuación y de los intentos de forzar al máximo la maquinaria para conducir al contrincante al destino buscado, ambos creen que el acuerdo es inminente. Si nada se tuerce, el decálogo se cerrará el martes y el pacto puede escenificarse en lo que reste de semana.


Podemos es consciente de que el PSOE ha cedido en lo sustancial, en las medidas de urgencia que exigían para frenar los desahucios, la pobreza energética y para luchar contra la corrupción, y lleva días preparando el terreno para justificar el acuerdo ante los suyos, apelando a la responsabilidad para evitar un gobierno de la derecha o nuevas elecciones.


Pero no renuncia a apuntarse el tanto completo y mide, en un último esfuerzo, las posibilidades de comprometer también el rediseño de la televisión y radio públicas. Es ese, y no otro, el último escollo para que el socialista Javier Lambán acceda a la Presidencia, a falta de concretarse la literalidad de las medidas más sensibles y de cuantificar el recorte en altos cargos y asesores que los dos comparten.


El PSOE, por su parte, acaricia ya el pacto y aunque insiste en su intención de buscar puntos de encuentro, ya ha dejado muy claro que no aceptará la prohibición de externalizar informativos en la televisión pública. No lo cree viable económicamente y niega la mayor cuando sus interlocutores al otro lado de la mesa hablan de la necesidad de "despolitizar y democratizar" el ente público.


De todas formas, admite que todo es mejorable y quiere dar una salida a los de Echenique, que insisten en reclamarles una propuesta alternativa, como la disminución del volumen de los contratos, para avanzar en la "profesionalización" de la televisión y la radio públicas. Además de ‘comprar’ sus propuestas sobre el nombramiento de los directores de ambos medios, que se harán en proceso abierto, han propuesto que los miembros del consejo de administración se designen por tres quintas partes de las Cortes y un consejo asesor, que Podemos tilda, sin embargo, de "florero".


¿Será suficiente, se enrocarán o estarán dispuestas ambas partes a buscar una posición intermedia? Está por ver, pero los dos partidos saben que tendría difícil explicación que no hubiera gobierno pronto por un asunto como el de la televisión, fuera de la primera línea del debate público, tal y como verbalizó el portavoz del PP tras la constitución de las Cortes.


En este tira y afloja, la urgencia por paralizar la Lomce –que obliga a que haya gobierno en la primera semana de julio para poder llegar a tiempo– corre a favor de los socialistas y ha restado capacidad de maniobra a los de Echenique. De hecho, el partido violeta ya habla de junio de 2015 como la fecha para la conformación del gobierno en documentos de la negociación. Mientras, tanto el PSOE como Podemos niegan contactos en la cumbre, pero son conscientes de que habrán de producirse llegado el momento para desatascar los últimos flecos.


El secretario general de los socialistas acude hoy al comité federal de su partido en Madrid, donde tendrá ocasión de conversar con su líder, Pedro Sánchez, e intercambiar pareceres sobre cómo marchan las negociaciones y hasta dónde puede ceder en la recta final. Por su parte, Podemos reúne a su consejo ciudadano esta tarde, aunque el pacto para la investidura no figura en principio en el orden del día.


Si las conversaciones culminan con éxito, habrá que empezar a trabajar para sumar, al menos, a los dos diputados de CHA, imprescindibles para la mayoría absoluta, aunque también se quiere incorporar a IU. Y aunque los nacionalistas no quieren poner obstáculos en su objetivo de que haya un gobierno de izquierdas, sí han advertido de que el decálogo es insuficiente y pretenden llegar a un documento conjunto en el que dejar también su impronta.

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