La afición confía en una "noche mágica"

El zaragocismo se vuelca para alentar al equipo en el partido del jueves. En apenas tres horas, ayer se vendieron 631 entradas.

Cola en las oficinas del Real Zaragoza con aficionados que acudían a por entradas.
Cola en las oficinas del Real Zaragoza con aficionados que acudían a por entradas.
javier rojas

Ni el sol de justicia que asfixiaba la tarde zaragozana ni la irregularidad del equipo en esta temporada disuadieron a los aficionados zaragocistas de acudir ayer a las oficinas del club para adquirir entradas para el partido del próximo jueves contra el Girona. Las filas fueron constantes y se despacharon 631 boletos en apenas tres horas. Una cifra que satisface a la entidad y que hace prever una gran afluencia para el decisivo choque que albergará La Romareda a partir de las 20.00.


Las ventas continuarán hoy desde las 9.00 a las 14.00 y desde las 16.30 hasta las 19.30 con unos precios que van de los 15 a los 35 euros (10 euros para los menores de 16 años). Y mañana se unirán las taquillas del estadio de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00; y el jueves, desde las 10.00 hasta la hora de inicio del partido. Debe reseñarse que el duelo ha sido incluido en el abono de la campaña.


La ilusión es el combustible que alimenta a unos seguidores que mantienen la fe de que se logre el ansiado ascenso a la Primera División. Pandillas de adolescentes, padres con sus hijos, jubilados que dejaron atrás sus años como socios... Todos estos perfiles se encontraron ayer en la sede zaragocista. Algunos con un optimismo más exacerbado y otros más comedidos. En lo que todos coincidían es en el deseo de compartir "una noche mágica" que acerque la eliminación del Girona y el pase a la ronda final.


"No podemos faltar a un partido tan importante para el zaragocismo. Hay mucho en juego y queremos aportar nuestro ánimo. Seguro que será una noche especial, aunque confío más en la afición que en los jugadores. Tenemos que empujar desde la grada", aseguraba Carlos Sobreviela, ante la atenta mirada de su hijo Carlos, de diez años, que tampoco se perderá el duelo. "Va a ser muy interesante, tenemos que ganar", advertía con entusiasmo el pequeño.


El fútbol proporciona alegrías y decepciones que se paladean mejor en grupo. Como el que forman Nacho, Iván, Christian y Diego, cuatro amigos que retiraron sus localidades con el objetivo no disimulado de alentar al Real Zaragoza para que esté un pasito más cerca de la meta anhelada por unanimidad. "Es un encuentro muy trascendental por las cosas tan importantes que hay en juego. El ‘play off’ es emocionante y toda ayuda que podamos dar es poca. Tenemos fe en el equipo y esperamos que pase adelante. Hay que ser valientes", aseveraban al unísono con las entradas ya en sus bolsillos.


El sentido de pertenencia a un colectivo y sus respobsabilidades es otro de los combustibles. Por ejemplo, para Eduardo Estúa, procedente de Sierra de Luna y que estará acompañado por su hermano y dos amigos. "No sé quién ganará, pero por lo menos tenemos que llenar el campo. Si hasta Osasuna lo hace... ¡cómo no lo hará el Real Zaragoza! Que pase el que Dios quiera. Prefería mil veces al Girona antes que el Sporting. Como ya hemos demostrado en la liga, somos capaces de derrotarles", advertía.


El pulso contra el Girona también recuperará para la causa a muchos a los que marchitaron su pasión zaragocista. Es el caso de Enrique Cobeta. "Fui abonado durante muchos años y lo dejé por varios motivos. Pero ahora no puedo faltar. Vendré con amigos y con un sobrino. Debemos dar el do de pecho. La motivación para todos es máxima. Y nos cruzaremos con un rival que estará de bajón", concluía mientras guardaba el tesoro en forma de entradas.

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