Un estudio confirma que las dietas ricas en proteínas ayudan a adelgazar

Algunas mujeres perdieron 10 kilos al comer menús con un 35% de proteínas durante 6 meses.

De izquierda a derecha, el director de Prensas de la Universidad de Zaragoza, Pedro Rújula; y los investigadores Victoria Marco, Sofía Pérez, Fernando Civeira y Rocío Mateo.
De izquierda a derecha, el director de Prensas de la Universidad de Zaragoza, Pedro Rújula; y los investigadores Victoria Marco, Sofía Pérez, Fernando Civeira y Rocío Mateo.
Javier rojas

Pon proteína en tu mesa es sin duda un buen consejo si se quiere perder peso. Consumir menús hiperproteicos ayuda a adelgazar, pero ¿cuál es la cantidad de prótidos ideal que se tiene que comer sin causar efectos adversos o secundarios en el organismo? Esa es la clave que han despejado los investigadores de la Unidad Clínica e Investigación en Lípidos y Arteriosclerosis del hospital Miguel Servet de Zaragoza que han llevado un estudio en 91 mujeres con obesidad y sobrepeso a las que han sometido a una dieta controlada durante seis meses.


Las voluntarias fueron seleccionadas entre las casi 1.000 mujeres que acudieron al llamamiento que hizo hace un año el hospital Miguel Servet y en el que buscaba mujeres que quisieran adelgazar. La población a estudio fue dividida en grupos de forma aleatoria para seguir tres tipos de menús, unos que contenían un 20% de proteínas, otros con un 27% y otros con un 35%. Aunque con todos se constató la pérdida de peso, fue con el tercero en el que las mujeres consiguieron adelgazar hasta un 10,7% de peso a las doce semanas y llegar hasta más de un 12% a los seis meses. Esto supuso reducir una media de 10 kilos y un 20% de grasa corporal.


Los menús, que los expertos variaban cada quince días, suponían la ingesta diaria de entre 1.200 y 1.400 kilocalorías. En aquellos elaborados con un 35% de proteínas se permitía comer unos 200 gramos al día de prótidos (fundamentalmente presentes en carnes como ternera, ternasco y pollo, pescado blanco o azul o yogures o leche desnatada), un 30% de grasas y completar la dieta con carbohidratos. Esta alimentación se acompañaba con dos piezas de fruta al día y, al menos, una ración de verdura. Para que las dietas hicieran efecto, se aconsejaba también incrementar la actividad física de acuerdo a las condiciones de cada una de las participantes (en la mayoría de los casos, caminar una hora al día era suficiente).

Pero además de una evidente disminución de su volumen al cabo del tiempo, los cambios en la dieta conllevaron beneficios cardiometabólicos importantes: su tensión arterial disminuyó y sus niveles de colesterol y de glucosa mejoraron. Precisamente, ante estos resultados, la intención de los investigadores es comprobar en un futuro si esta dieta es adecuada también para las fases iniciales de diabetes.


Aunque en un principio el estudio se ha centrado en la población femenina, el doctor Fernando Civeira, jefe de la Unidad de Lípidos y Arteriosclerosis del Miguel Servet que ha liderado este proyecto, aseguró que puede ser "extrapolable" a hombres que no sufran ni insuficiencia renal ni ácido úrico (ya que el incremento de proteínas normalmente ayuda a incrementar estos últimos valores), y destacó la idoneidad de este régimen para prolongarlo a medio y largo plazo. De hecho, las participantes valoraron muy positivamente el hecho de continuar la dieta indefinidamente y asimilarla como un buen estilo de vida saludable.

Un libro con recetas

Para que el resto de la población pueda asimismo beneficiarse de los beneficios de esta investigación y "llevarla a la práctica", sus conclusiones, las experiencias y recetas seguidas por 25 de las voluntarias se han plasmado en el libro ‘Pon proteína en tu mesa. Claves para adelgazar con dietas hiperproteicas saludables’.

El volumen ha sido publicado por la editorial Prensas de la Universidad de Zaragoza y ha contado con la colaboración de la Cátedra Oviaragón-Pastores de la Universidad de Zaragoza. Ayer por la tarde, los autores firmaron ejemplares en la feria del libro.